lunes, 26 de enero de 2009

Atípico fin de semana

El pasado fin de semana ha resultado ser un fin de semana atípico en mi persona, y el cual dudo que se vuelva a repetir tan efusivamente. Mi fin de semana daba comienzo el viernes a las 23:00. Os estaréis preguntando por qué. Pues bueno - lo cierto es que yo tampoco lo sé- ahí me sentí con espíritu "fin de semana".

Me desperté atacado de los nervios ya que según abrí los ojos un reluciente sol asomaba por las ventanas - que yo acostumbro a dejar siempre con las persianas subidas-. De nuevo más preguntas, mis queridos lectores. Sí, me levanté atacado por que había quedado por Irene Goodhouse para acompañarla en su compra de unas zapatillas de danza. De ese modo, yo que soy un gran freak de las tiendas de danza de Madrid, donde me paso horas y horas mirando cada prenda, cada zapatilla, cada maillot una y otra y otra vez, pues conozco muchas que ella no conocía. En primer lugar fuimos a la tienda de Ángel Corella, dónde me quedé abrumado por los altos precios a los que se encontraba todo. Sólo estábamos de paso. Nuestra meta era Maty, dónde Goodhouse se probó una gran variedad de zapatillas mientras era aconsejada por mí sobre cuál le hacía mejor pie.
Finalmente, se llevó unas Sansha Pro 1C.

La mañana continuó con un largo -corto, más bien- paseo por Madrid. Fuimos hasta la Plaza Mayor, ya que deseaba encontrar un arco que llevaba a la calle 7 de Julio, sobre el cuál nos había hablado el profesor de Historia - no acostumbro a hacer estar "frikadas" pero ya que estábamos allí...-.
Después íbamos caminando por una calle - no recuerdo su nombre- y nos encontramos con esto. Atención a la siguiente imagen:

Cómo podéis observar, se trata de un camión de bomberos. ¡Un camión de bomberos que tiene las ruedas de delante en el aire! Ya sé, ya sé que tiene una explicación. Que sí, que son gatos hidráulicos, que sí...Pero sin duda, me resultó gracioso ya que nunca lo había visto así que decidí tomarle esta instantánea.
El caso es que el camión se econtraba allí porque el edificio ese marrón que se encuentra justo detrás del camión es una iglesia. Y cómo toda buena iglesia no puede permitir tener la cruz dada la vuelta. Algo así como el anticristo ¿no?
Posiblemente los fuertes vientos que hicieron que mi peinado, extremadamente perfecto y colocado cuando salí de casa, quedase hecho un completo campo de trigo, pudieron haber conseguido tumbar la cruz y darle la vuelta.

Después de que Goodhouse, muerta de hambre, decidiera irse a su casa a comer, me dispuse a ir a la FNAC a comprarme la segunda parte de Crespusculo y la que actualmente es mi lectura, Luna nueva. Tras ello, me dirigí hacia el Vips de Gran Vía para comer, mientras irremediablemente ya había comenzado a leerme el libro. La comida me salió por unos 9.65 euros. Sin duda han subido los precios de los platos, ya que sólo pedí un Vips Club, una jarra de agua - que no te cobran- y un minipostre de Brownie.

Sobre las 17:30 había quedado en Plaza de Castilla con Juan - un amigo de clase- y con Aina- una amiga de baile- para acudir a la exposición de una vez por todas. Para el que no consiga enlazar esta historia con alguna de mis anteriores entradas os repetiré que la última vez que fuimos al Star Wars "The exhibition" no había entradas.
Por fín teníamos entradas.
Ahora llega un punto del relato del cuál no me siento bastante orgulloso. Os cuento: no sólo había quedado con Juan y con Aina, sino que también había quedado con Belén, de la cuál me había olvidado por completo. Tan por completo que ya habíamos sacado las entradas y nos encontrábamos en la cola para entrar cuando me suena el móvil y veo su nombre en la pantalla. "Mierda"-grité- "¡Me he olvidado de Belén!". Se lo cogí y, para nada, le dije que me había olvidado de ella. Belén se disculpó ya que había llegado tarde casi una media hora. La verdad, tenía una buena razón para hacerlo. Razón que no voy a contar, ya que es personal.

Pasado ya el mal trago del momento, le dijimos que se pusiese a la cola para sacar su entrada, y así hizo. Nosotros, sin embargo, nos encontrábamos, entradas en mano, en otra cola ya para entrar a la exposición. Supusimos -en vano- que su cola se disolvería primero. Ya era nuestro turno para entrar, a pesar de que habíamos estado dejando pasar a gente que se econtraba delante nuestro, simplemente por hacer tiempo.
Belén decidió que no se quedaba, que entrásemos. Un buen gesto por su parte, que al menos a mi me llegó bastante. La verdad, no tenía otra cosa que hacer. Las entradas se repartían por franjas horarias y a ella le adjudicarían la siguiente a la nuestra, lo que suponía no entrar con nosotros.
Otro gesto que me llegó al corazón fue que nos dejó su cámara. Recuerdo sus últimas palabras "Pasároslo bien. Me hubiera gustado entrar. Tomad la cámara, sacad muchas fotos que luego quiero verlas todas. Por cierto, Aina, encantada de conocerte."

Nosotros, un poco disgustados, entramos finalmente a la exposición. Sin duda, yo ya comenzaba a estar hiperactivo. Me encanta Star Wars, pero no quiere decir que sea un freak de la saga. Sin embargo a Aina y a Juan les encanta y, sin duda, sabían un montón. Me gustó mucho ya que me iban contando qué era cada cosa, si yo no caía en la cuenta.
Para que comprobéis lo buena que resultó la exposición os coloco algunas fotos:



Después de la exposición, salimos todos eufóricos y nos topamos con un puesto de churros. Lo pasamos de largo y al instante todos giramos la cabeza, absortos por el delicioso olor. Nos miramos y todos sabíamos lo que pensaba el otro. Compramos una docena de churros y dos vasos de chocolate. Deliciosamente, deliciosos.

Juan debía de irse a casa ya que serían ya casi las 20:30 y el vive bastante lejos de dónde nos encontrábamos. Aina y yo, sin embargo ya habíamos planeado que iríamos al cine a ver Revolutionary Road, la nueva película de Dicaprio y Winslet.
La película es buena y la interpretación de Kate Winslet es realmente extraordinaria, no me extraña nada que la nominasen al Óscar, o incluso que lo gane. Sin embargo es una película realmente extraña. El que la vea que deje su comentario. Yo realmente no entendí la escena final en la que salen hablando los vecinos. Si alguien desea dar su opinión, se lo agradecería bastante.

Y ese fue mi atípico fin de semana en el cual no abrí ni un sólo libro para estudiar. Cosa realmente asombrosa en mí.

viernes, 23 de enero de 2009

Ella

La descripción que a continuación podrá ser leída corresponde a alguien que de verdad existe, pero del cual no revelaré la identidad. Principalmente porque no quiero causarme problemas.

Ella, es una mujer. No se trata de una anciana ni de una persona de avanzada edad, sin embargo su rostro se asemeja al de cualquiera de las anteriores. Las especulaciones sobre su edad son aún persistentes hoy en día, sin embargo nadie conoce la verdad.
Su tez, lívida, cadavérica, desvaída y macilenta. Sus ojos, incrustados en la cara a presión, hacen lo posible por no caerse de sus órbitas. Su mirada es completamente fulminante. Sí, fulminante.
En mi vida había visto unos ojos que hablasen tanto. Las palabras no hacen falta cuando te encuentras ante ella, un movimiento de los ojos dice más que cualquier palabra. Os lo prometo, éstas se convierten en inútiles en su presencia. Esos ojos grises que resaltan más que nada en su níveo rostro, desvían la atención de su cuerpo, flácido en una primera ojeada, pero férreo en su interior.

Mis latidos se agitan cuando escucho su caminar. ¡Tac! ¡Tac! ¡Tac! ¡Tac!... Sus bajos, pero ensordecedores tacones resuenan en mis oídos cuando comienza a atravesar ese pasillo. Mi mente piensa qué decir; un "hola", un "buenas tardes"... Todos mis pensamientos son en vano. Cuando la veo, sólo puedo mirar esos ojos, abiertos como ventanales. En cuanto entra, se hace el silencio. Todo el mundo la teme, todo el mundo se tensiona. Su caminar resuena de nuevo, sin embargo, nunca aparto mi rostro del frente.

Comienza a hablar. Seria, pasiva, enfadada con el mundo. Mis ojos se desvían a sus arrugadas y afiladas manos. Por un momento solo consigo ver esas manos. No consigo oír nada.
Doy un giro brusco con mi cabeza y consigo librarme de su hechizo. Su voz comienza a sonar lenta pero enérgica.
No permitas que se dirija a ti en ningún momento. Te sentirás siempre ofendido.
A veces me pregunto cómo alguien puede ser tal sumamente cruel. Mucha gente piensa que la gente así lo hace por algún bien para el colectivo, pero no encuentro ese bien. Aún sigo buscando una razón que comience a resolverme algunas dudas internas.

miércoles, 21 de enero de 2009

Los hombres ricos provocan más orgasmos a las mujeres

Antes de comenzar a hablar, sobre este contrometido título, os pido disculpas por mi largo retraso en la actualización, pero, actualmente mis condiciones de salud no son favorables como para sentarme delante de un ordenador y escribir. Ahora mismo, estoy haciendo un esfuerzo, sencillamente por no dejar esto abandonado.

Os estaréis preguntando el por qué del título. Pues bien, se trata de un artículo publicado en la sección de ciencia del peródico El Mundo el Martes 20 de Enero de 2009, pero hace referencia a un artículo publicado por Jonathan Leake para el The Sunday Times. Os hago un pequeño resumen propio, de la noticia:

Según un grupo de científicos, el placer que obtienen las mujeres en sus relaciones sexuales está ligado al nivel de riqueza de su pareja. Cuanto más acomodado es un hombre, más frecuentes son los orgasmos para su amante.

Este fenómeno es una "adaptación evolutiva" que lleva a las mujeres a seleccionar hombres en función de su calidad para triunfar materialmente en la vida.

Los psicólogos comprobaron las hipótesis por medio de un gran test de personalidad realizado junto al Departamento de Salud y Familia de China. Para ello entrevistaron a 5.000 personas inquiriendo por sus relaciones sexuales, su nivel de ingresos y otras cuestiones.
Entre los encuestados había 1.534 mujeres con pareja masculina estable que fueron la base del estudio. De ellas 121 declararon tener orgasmos "siempre"; 408 contestaron "a menudo"; 762 confesaron tenerlos "a veces" y 243 respondieron que "rara vez o nunca". Al cruzar esas respuestas con los datos de ingresos de sus parejas, los autores hallaron que el dinero del amante era una de las principales causas de distinción entre grupos.


Con la misma cara que podéis estar teniendo ahora mismo me quedé yo cuando leí la noticia. Sin duda, me parece del todo ridícula y un tanto cómica también. ¿Cómo va a tener mayor orgasmo una mujer si su pareja está "forrada"? A mi me parece completamente irrelevante e incompatible una cosa con la otra.
Pero si han hecho este estudio, tienen pruebas de ello. ¿De veras las mujeres son tan materialistas en ese sentido? Me extrañaría bastante. No creo que una mujer busque al hombre rico, por naturaleza como afirma en la noticia, sino que acaba por unirse con aquel que la hace más feliz. Y esto no implica de ninguna manera que tenga mayores o menores ingresos al mes. Ya que igual es ella la que gana más, por tanto tendrán una vida acomodada y como bien dice la noticia "triunfarán materialemente en la vida".


domingo, 18 de enero de 2009

El intercambio


Ayer, junto con unos amigos del instituto y de baile, teníamos el plan de ir a ver una exposición que hay en Plaza de Castilla de Star Wars. Lamentablemente para nosotros, no quedaban entradas. Me pondría ahora mismo a quejarme ya que es algo que no entiendo, el que un museo tenga aforo limitado, pero no quiero dedicar la entrada a esto.

No sabíamos qué hacer. Anduvimos buscando una cafetería dónde poder sentarnos y tomar algo. No conseguimos nada en el intento. A mi amiga se le ocurrió la idea de ir al cine. Me pareció genial así que rápidamente cogimos el metro y nos fuimos en dirección al centro comercial Príncipe Pío. Hagamos un inciso en la historia. ¡Stop! . Cómo no... si ya nos salió mal un plan, ¿qué pensáis que pasó con este? Pues lo que debía de pasar. Eran las 20:15 y no había ninguna película para esas horas o cercana. La siguiente sesión para todas y cada una de las películas era a las 22:00.
Al final, decidimos sentarnos en un Starbucks y tomar algo. Aina, mi amiga de baile, y yo sin embargo queríamos ir al cine. Así que decidimos que cuando todos se fueran nosotros nos quedaríamos para ver El intercambio. La nueva película de Clint Eastwood.

Y ahora viene mi crítica. Una crítica bestial por mi parte, porque ha sido una película maravillosa. La verdad que estoy teniendo una racha buena de películas ya que todas me están encantando al máximo. Y esta sobre todo. Las críticas la colocaban como una de las mejores películas de la cartelera y, desde luego, no andaban desencaminados al decir eso.

La película, narra la historia verdadera de una mujer, Christine Collins (Angelina Jolie), que tras un duro día de trabajo, pierde el tranvía y llega más tarde a casa. Había dejado solo a su hijo, Walter Collins y al llegar de nuevo, no está en casa.
Muerta de miedo, llama a la policía, quién le comunica que no se puede enviar a nadie a no ser que el niño lleve desaparecido, al menos, 24 horas. Afortunadamente, después de 5 meses aparece Walter. Pero hay un problema: no es él.
Christine Collins acude de nuevo a la policía para argumentar que ese no es su hijo. Hay que tener en cuenta que estamos en 1928, en Los Ángeles, y que la policía no es tan efectiva como hoy en día, además de que esta ciudad estaba ensimismada de crímenes y corrupción.

Christine no cesará en su empeño por encontrar a su hijo. No cuento más de la trama, esto es solo una breve introducción, que creo que no ha desvelado nada de la historia. Os dejo lo siguiente para vosotros.
Os voy a colocar, no obstante un fragmento de una crítica publicada en La Butaca por José Arce, que de veras me ha encantado:

Maravillosa en todos sus aspectos, sorprendentemente fácil de absorber —hablamos de un metraje que supera ampliamente las dos horas—, sensible, brutal y maravillosamente humana, estamos ante uno de los mejores trabajos de los últimos años, envuelto en una banda sonora pequeña, delicada, simple acompañamiento de un devenir terrible, puñetazo a una sociedad prepotente cuyos líderes prefieren ignorar sus limitaciones a renunciar a un pedazo de gloria mediática. En ocasiones cuesta creer lo que se ve, pero merece la pena abrirse a este nuevo regalo de un cineasta irrepetible. Porque es él quien levanta con soberana profesionalidad un relato que, en manos de otro, pudiera haber quedado a medio camino. La realidad supera la ficción, dicen, y este es uno de los mejores ejemplos. Uno de los que dan miedo, además.

Fuente:

La Butaca

viernes, 16 de enero de 2009

Consecuencias de dormirse en un autobús

Como ya sabéis, para poder acudir a mis diarias clases de baile, he de coger un autobús desde Plaza de Castilla.
Normalmente debido a lo cansado que suelo estar, echo una cabezadita durante el trayecto que dura unos treinta minutos aproximadamente. Como es natural, ya me ha pasado más de una vez, me suelo quedar dormido del todo y me paso de parada. Estas pasadas, suelen ser de una o dos paradas, pero el caso es que ayer la cosa fue demasiado diferente.

Esta semana está siendo extremadamente agotadora, ya que, normalmente tengo dos profesoras. Actualmente una de ellas está enferma y no está acudiendo a sus clases. La está sustituyendo la otra profesora. Estas dos profesoras son bastante, mejor dicho, muy diferentes. Las dos son exigentes, pero una sabe decir las cosas tranquilamente y la otra es muy muy dura. Supongo que adivinais cual está haciendo de sustituta.
Pues bien, creo que esta semana la acabaré en una tumba.
Lo cierto es que me encanta. Me encanta que las clases sean duras, que acabes sudando y no te dejen parar ni a respirar, ni a beber agua. Pero, como soy humano, estoy agotado.

Como causa de mi agotamiento me dormí. Me dormí profundamente. Tanto, que en la última parada me despertó el conductor del autobús y me dijo que era la última parada, que debía de bajarme.
Salí del autobús y me encontré con un paisaje completamente desconocido para mí. Caminé un rato, para ver si encontraba alguna calle que me sonase. La verdad es que no tenía ni idea de dónde estaba.
Me considero una persona sensata, a pesar de que en ese momento estaba comenzando a ponerme nervioso. Alterado más bien. Por fín tuve la brillante idea de llamar a mi escuela; hablé con la secretaria y me indicó por dónde debía de ir. "¡Qué alivio!", pensé. Pero lo cierto es que iba a ser un infierno.
Estuve andando durante unos largos veinte minutos y el tiempo comenzaba a ir en mi contra. Aún no me sonaba nada de lo que veía. Para mí, era todo nuevo.
Mi nueva idea era correr. Y así lo hice. Corrí tanto como pude hasta que conseguí leer el letrero de una calle que me sonaba. Efectivamente era la Avenina de Valdelaparra, la calle en la que estaba mi escuela.
Sin embargo, para más inri, esta es una calle muy larga. La atravesé corriendo. Tardé una media hora. Quedaban escasos minutos para que mi clase comenzase y por fín, acababa de visualizar mi escuela.

Ahora faltaban dos minutos y yo aún estaba en ropa de calle y todo sudado. Introducirme dentro de la malla, por tanto, fué un trabajo arduo donde los haya. Pero finalmente lo conseguí y, gracias al cielo, la profesora se había retrasado un poco. No llegué tarde.

martes, 13 de enero de 2009

The Charmed's looks

Bueno, la entrada de hoy la dedico a realizar junto con todos vosotros un recorrido por todos mis "looks". Me pongo a pensarlo y la verdad es que he llevado, a lo largo de mi vida, gran variedad de cortes de pelo, peinados, etc...

Echemos un vistazo...
Esta primera foto si os digo la verdad no sé de que año es, pero el caso es que de pequeño siempre llevaba el mismo tipo de pelo. Se nos puede apreciar a mi y a mi hermana en la foto, pasándonoslo bien en Torredenbarra, durante un verano.
Esta segunda foto es de cuando estuve en Túnez en el 2004. Se puede observar mi estilo "despeinado". Una imagen poco cuidada, por aquel entonces.
Esta foto ya es del 2005. Si no recuerdo mal, fue tomada durante un concierto de música que se realizaba todos los años en mi instituo y que yo me encargaba de presentar junto con una amiga. Nos encargabamos del diálogo y de todo. Era desde luego, divertido. Se puede apreciar (lo veréis mejor si clicáis sobre la imagen para verla a mayor escala) un peinado demasiado extraño, que me acuerdo perfectamente de mirarme al espejo ese día y decirme "Que guapo estoy". Ahora me miro y me doy cuenta de lo horroroso que iba... Fijaos en la ropa, ¡por Dios..!

Esta foto no sé de cuándo data, pero fué a la salida de un partido de mi hermana, a mi lado. Mi peinado se basaba en echarme espuma en el pelo para dar ese efecto rizado. La verdad es que no me quedaba mal. Mi estilo...muy diferente al de ahora. Me acuerdo del cordón que llevaba al cuello. Lo llevé durante varios años.

Saltamos ahora unos cuántos años. Esta foto es del 2006, si no recuerdo mal. En la foto aparecían mi hermana y una amiga ya que nos la sacamos como regalo para otra amiga, pero la corté para no poner a más gente y eso. Mi look empezaba a cambiar. Engominado, la parte de delante hacia arriba. Podéis fijaros en que aún llevo el cordón.En esta foto, tomada en unas vacaciones en Almeria en el 2006, se me ve ya un poco más crecidito. Mi peinado durante las vacaciones consistió en no peinarme. Por aquel entonces yo llevaba reloj, cosa que ahora no hago, desde que me lo robaron.
Aún en el 2006, cambié mi peinado y volví a la gomina. El 2006 fué un año de continuos cambios de peinado.
Aún ya en el 2006 volví de nuevo al estilo despinado. Como véis mi collar ha cambiado. Es una triqueta. Triqueta que le regalé a una persona muy especial en su día. Esa persona me regaló otro colgante precioso, que actualmente no llevo porque la cuerda se estropeó.
Más del 2006. Mi estilo aquí es un tanto indefinible. No obstante mi colgante ha cambiado. Ese aún lo conservo. Lo compré en una feria de artesanía en Gijón y me gusta mucho. En esta etapa puede apreciarse que ya comenzaba a retocar mis propias fotos.
Cambio de año. Pasamos al 2007, sin tomarnos las uvas y llegamos a un nuevo corte de pelo. Nada que decir de este nuevo estilo. Pequeña cresta ladeada, gomina...
La plancha aparecía en mi vida. También en el 2007. Desde luego que tenía muy poco pelo como para plancharmelo. Recuerdo que me llené de quemaduras la mano.
Mi imagen comenzaba a parecerse, ya todavía en el 2007 a la actual. No obstante aún quedan muchos cambios locos que realizaré. El Photoshop seguía haciendo su entrada en mis fotos.

Esta foto, también del 2007 no supone ningún cambio de estilo. Sencillamente fué para el festival fin de curso de mi conservatorio. Normalmente me peino a lo niño bueno cuando tengo una actuación.
Y con este estilo acabó el 2007. Esta foto fué en la Nochebuena de ese año y la verdad que me gustaba mucho como me había peinado ya que nunca lo había hecho así. Fue un experimento de última hora.
Durante el 2008 continué con el estilo que más o menos llevo ahora, aunque a día de hoy tengo el flequillo muchísimo más largo. Sin embargo habrá un gran cambio en este año.
El gran cambio no fué volverme loco, como posiblemente estaréis pensando por la foto. Sino que me rapé el pelo. Me dió una ventolada y ¡bum! me lo rapé. La foto es de una actuación que tuve. Os coloco ahora alguna imagen más ya que en esta no se me ve bien la cabeza.

Esta última foto ya es más reciente: Septiembre del 2008. Desde que me rapé no me he cortado el flequillo. Ahí ya tenía el pelo en vías de crecimiento a pesar de que mi peinado no deja ver lo largo que tenía el flequillo.
Mis demás looks son iguales pero con el flequillo más o menos largo, hasta como lo tengo hoy en día.
No obstante, me planteo un cambio radical dentro de poco.

lunes, 12 de enero de 2009

Misterios informáticos - Laura Freixas

Hoy os traigo un artículo publicado en La Vanguardia en el 2002, pero que en su día leí y me hizo mucha gracia. Lo coloco aquí sencillamente por hacer un "remember" de algo que hoy en día sigue teniendo mucha cabida.
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Que los seres humanos tenemos una tendencia natural al animismo es algo que hemos comprobado personalmente todos los que, siendo unos zotes para la informática, nos vemos obligados a trabajar con un ordenador. Si además somos de otra generación, y de letras, para qué les voy a contar… Ya para empezar, eso del “PC” no nos suena a “personal computer”, sino a otra cosa que no diremos para que no se nos vea el plumero paleolítico, y que conocíamos en distintas variantes: PCE, PCI, PCF, PCUS… Cuando se habla de “iconos”, vemos -juro que sin querer- madera y oro viejo, incienso y velas. El “servidor” se nos aparece vestido con un chaleco a rayas, tendiéndonos una bandeja con bebidas… “Navegar” nos entusiasma: viento en popa a toda vela, no surca el mar sino vuela el velero bergantín… El “explorador de Windows”, tocado con salacot, se mete, volando, por las ventanas; el “controlador de bus” lleva gorra de plato y pone multas; el “concentrador de raíz” es un brebaje contra el mal de ojo… La “memoria” y el “destino” nos sumen en meditaciones metafísicas. “Chip” nos suena a patata frita, la “memoria RAM”, a leche desnatada; una “dirección pop” será verde y naranja, con pies descalzos y flores en el pelo, y “pinchar la pestaña”, un método refinado de tortura… La lista de los programas la confundimos con la de los reyes godos: Adobe, Chindasvinto, Epson, Excel, Kazoo, Flash Path, Quick Stitch, Readme, Recaredo, Wamba, Win Zip y Don Rodrigo. ¿Y qué decir de los “virus”, sino que si por nosotros fuera, correríamos a por un termómetro y una taza de leche muy caliente con miel, coñac y limón?… Si el servicio técnico del antivirus Panda nos explica que “las variantes del Klez pueden ser más o menos dañinas”, nos imaginamos a Klez-A como un animal pequeño, pero de dientes afilados, royendo las entrañas de nuestro ordenador; a Klez-B como una cabeza de león rugiente que apareciendo de pronto en la pantalla se zampará los iconos a dentelladas, empezando por el del antivirus Panda, del que dejará las orejas, para advertencia y escarmiento de antivirus gallitos; a Klez-C como el mismo león, pero tridimensional y estéreo, que rugiendo saltará de la pantalla afuera y no dejará de la usuaria más que los huesos, mondos y lirondos, desparramados por encima del teclado…

Total, como no podía seguir así, he contratado clases particulares. La profesora es una chica inteligente. Empezó muy seria hablándome de sistemas operativos, memoria ROM y memoria RAM, microprocesador y placa base. Al cabo de un rato, viendo la cara que yo ponía, creo que comprendió. Cambió de táctica. Ahora me explica que el sistema operativo (o la placa base, el ram, el rom, en fin, algo así) es como un director de orquesta, y que lo malo es que a veces el chip (o el rom, el ram, el zip, ahora no caigo) desafina; que el problema que tiene mi ordenador es que el chip no es que sea totalmente incompatible con el quick, el win y el pick, pero no se llevan del todo bien: es como si te pones, me explica, un sombrero verde loden con zapatos turquesa y abrigo pistacho, que no es que desentonen, pero tampoco combinan; y que un sistema operativo necesita los programas igual que una mayonesa necesita el aceite. ¡Por fin, alguien que me comprende!

Laura Freixas

viernes, 9 de enero de 2009

Una nevada mañana...

Foto: Belén, Julia y yo, esta mañana en el recreo.

Hoy me he levantado más tarde de lo habitual ya que no tenía clase a primera hora. Esto causó muchísimo revuelo en clase, ya que la profesora de Literatura nos contestó al correo electrónico que le enviamos a las 23:30. Intentamos avisar a todos los que pudimos, pero estaba claro que quedaría gente sin enterarse. Pero aún no ha comenzado el lío para mí. Yo aún estoy en la cama, me acaba de sonar el despertador y me dispongo a despojarme de toda la cantidad de mantas, sabanas y edredones que me cubren por las noches. Hacía un frío espantoso en la habitación. De todas maneras, haciendo eco de valentía me levanté de la cama y corrí a ponerme la bata y las zapatillas. Seguidamente, abrí mi puerta y me dirigí a la cocina a prepararme el desayuno.
Después me aseé y comencé a vestirme.

- ¿Qué ponerme? - pensé.

Por fin, me decidí por un jersey amarillo de punto, unos vaqueros y una camiseta. Cómo suponía que haría frío añadí a mi atuendo una larga bufanda y un gorro, también de punto.
En cuanto preparé la mochila, ya estaba listo para emprender mi viaje al instituto. Para mi sorpresa, estaba lloviendo. ¡No! ¡No llovía! ¡Nevaba! Esta primera nieve era muy muy fina, parecían gotas de lluvia. De ahí mi confusión. Sin embargo comenzaba a cubrir el suelo de un color blanco. Hacía frío, pero yo ya me había introducido en el mundo subterráneo.
Durante mi trayecto en metro continué con mi lectura. Crepúsculo, para el que se sienta interesado.

Mi osadía se mostró cuando llegué a mi estación de destino. Aún faltaban unos veinte minutos para que comenzase mi clase. Por tanto me dispuse a quedarme sentado en uno de los asientos de espera del metro, para así continuar con mi apasionada lectura y de paso, hacer tiempo.
A unos diez-nueve minutos salí a la calle.
Para más asombro mío aún, nevaba abundantemente. Me encanta la nieve. Por un momento fui feliz. Me paré en medio de la calle y extendí mis brazos mirando al cielo. Estuve así unos minutos, hasta que comencé a sentirme ridículo. Después me dirigí hacia la puerta del instituto. Allí se encontraban la gran mayoría de mis compañeros de clase, esperando a que alguien valiente como yo, llamase al timbre y diese explicaciones para que nos dejaran entrar.
Una vez dentro ascendimos, escaleras arriba, hacia nuestra clase. El aula quince. Allí se encontraban unos diez compañeros que, como predije, no se enteraron de que no teníamos clase a primera.
El descontento fue bastante general. No obstante, los disculpamos ya que todo había sido culpa de la tardanza de la profesora en contestar nuestra petición. El enfado, se prolongó hasta, más o menos la tercera hora.

Podría decirse que hoy fue un día en el que mi atención estaba desviada hacia otro lugar y no al encerado. Mi cabeza permaneció girada hacia la ventana. Viendo como caía la nieve exuberantemente. Me encanta la nieve.
Ansiaba con todas mis fuerzas la salida al recreo. La cuenta atrás se hizo bastante larga, pero por fin sonó el timbre. Velozmente me puse mi atuendo de por la mañana y salí, como un rayo, al recreo.
Todo estaba nevado. Me encanta la nieve. Los demás chicos jugaban con la nieve, se tiraban bolas e incluso hacía muñecos. Sencillamente, fue maravilloso.
De nuevo, me quedé embobado con la nieve. Me encanta la nieve.
Una mañana redonda.

La tarde, se presenta algo difícil, ya que las lineas de autobús a Alcobendas están cerradas. Tengo que ir en metro. Está nevando de nuevo. Me encanta la nieve.

martes, 6 de enero de 2009

Remember: 16th Memory


Fecha de publicación: Viernes 26 de Octubre de 2007

Mi mente es un cúmulo de sensaciones, de problemas, de sentimientos, de preguntas sin respuesta. Continuo el camino que una vez el destino deparó y ahora yo escribo. Vuelvo a encontrar otra puerta. Rezo para que sea la puerta de escape de los problemas, de los sentimientos...
En efecto. Me apresuro a entrar, pero hay algo que me lo impide, un fino cristal no me permite acceder a la sala. Una sala completamente blanca, sin ruidos...

De pronto un espectro me roza la espalda.

- Ven conmigo- dice con una voz tenue- quiero enseñarte algo.
- ¡No! ¡Quiero entrar en la habitación! ¡Quiero entrar! ¡Por favor!

La ansiedad que yo sentía comenzaba a aumentar periódicamente hasta el punto en el que casi me estalla la cabeza.
Necesitaba acabar con toda aquella rabia acumulada. Había perdido la oportunidad de descubrir un nuevo pasaje que el espectro me quería mostrar debido a mi arrogancia. Debido a mi egoísmo.

-¡Por qué!- Grité

Mi grito arremetió contra mi con forma humana haciéndome un leve corte en la mejilla. Comencé a sangrar. Acto seguido cinco lágrimas se derramaron por mis mejillas produciéndome un doloroso escozor.

-¡Por qué!- Grité de nuevo.

En un primer momento, no me percaté de que hubiera ocurrido nada, hasta que me giré. No podía creer lo que estaba viendo. No cabía en mi cabeza lo que estaba ocurriendo. Era imposible.
A unos centímetros de mí, había un cuerpo tumbado en el suelo. Tenía un leve corte en la mejilla y estaba completamente desnudo.
Acto seguido, una inmensa niebla me cegó. Todo era negro. Mis días de luz habían finalizado.

lunes, 5 de enero de 2009

De vuelta a la infancia

Como cada año, voy con mis vecinos, que cada vez van creciendo más a ver la llegada de SS.MM. Los Reyes Magos de Oriente a Gijón. Os comento que aquí la llegada es en barco. Los Reyes desembarcan en el puerto de El Musel y van caminando por un largo camino hasta llegar a sus respectivos tronos.
Siempre hay que madrugar está claro. Así que me he levantado a las nueve (mentira, me he levantado a las 10) y me he preparado para bajar a buscar a mis vecinos (al piso de abajo). Todos estaban ya listo, así que partimos a nuestro sitio de siempre.
Esta vez, gracias al cielo no llevabamos ninguna silla, ya que, como os decía, mis vecinos han crecido. Definitivamente, es más cómodo. Os citaré también que hacía mucho, pero mucho frío. Aún tengo los pies helados.

Cuando conseguimos ya establecernos en nuestro lugar de siempre, después de atravesar toda Cimadevilla, tuvimos que esperar unos largos tres cuartos de hora, hasta que SS.MM. hicieran aparición. Mientras tanto, por megafonía, una excéntrica mujer con voz de pito intentaba animar a los niños, repitiendo unas cien veces lo mismo. Su diálogo era algo así.

CHIFLADA: Bueno niños, ¿a quién vamos a ver hoy?
NIÑOS: ¡A los Reyeeeees!
CHIFLADA: ¿A Quiéeeeen?
NIÑOS: ¡A los Reeeyesss!
CHIFLADA: ¡Vamos a llamar a los Reyes! ¿Está el Rey...?
NIÑOS: ¡Melchooooor!
CHIFLADA: ¿El Rey....?
NIÑOS: ¡Gaspaaaaar!
CHIFLADA: ¿El Rey....?
NIÑOS: ¡Baltasaaaar!
CHIFLADA: ¿Y su majestad el Príncipe....?
NIÑOS: ¡Aliataaaaaar!

Imaginaros este diálogo unas veintiséis veces. Qué poco repertorio tenía esta mujer, además de su chirriante voz de pito.

Por fín, después de la larga e insoportable espera, comienzan a llegar los Reyes. La mitad del camino la hacen en coche, para después bajarse y caminar. Por suerte, a todos mis vecinitos les saludaron los Reyes y les dieron besos.
Y ahora viene la anécdota del día. El Rey Gaspar, sí, ese de la barba marrón. Aquí son muy reales ¿eh?. Que la barba es de verdad y el negro es negro. Bueno, me centro ya. El caso es que Gaspar se paró delante de mi vecinita y acariciandole la cara afirmó, "¡pero que niña más guapa!". La frase, aislada es bonita. Sin embargo, después de esa frase levantó la cabeza mirando a las madres que allí había y prosiguió "Claro, es que tenéis unas mamis..."
Imaginaros esto, proviniendo de un hombre con traje de Rey, con barba y con una cara de vicioso que ni 'pa qué...
No obstante, nos estuvimos riendo un buen rato de Gaspar. Las madres de mis vecinitas, se han convertido, en consecuencia, fans de Gaspar. Hombre, ¡cómo no!


A propósito de todo. Proximamente abriré una nueva seccón que se llamará Remember en la que se recordarán y se volverán a postear algunos de los mejores posts antiguos para que la gente nueva que le de pereza leerse todo el blog pueda ver cómo era antes este blog.
¿Qué opinais?

domingo, 4 de enero de 2009

39th Memory

Y aquí me hallo de nuevo, tal como aquel día. Sentado. Mirando a través del cristal. ¿Diferencia? Mi madurez ha aumentado y ya no llueve. Estoy sentado en una silla. Es cálida. De nuevo, mi mente se encuentra cargada de cosas. Información que va de un lado para otro, que intenta ser analizada. No, no puedo. Por más que le doy vueltas no consigo sacar nada en claro. No hay solución.
Cierro los ojos. Intento, aunque sea por un momento, dejar de pensar. ¡Alto!
Falsa alarma.
Por más que pruebo a no pensar, las dos grandes gotas de agua que comenzaron los problemas no cesan de crecer. Su onda al caer en mi mente, sigue expandiéndose. Se expande de tal manera que consigue apoderarse de gran superficie de mis pensamientos. No consigo ver otra cosa. Flashes de palabras lloran por mis ojos: falsedad, corazón roto, soledad, soledad, soledad, soledad...
No puedo evitar que se repitan. Cierro los ojos. Lo comienzo a ver todo con algo más de calma.
Si los abro, volverán los flashes, pienso.

Todos los sonidos se han abstraido. Tan solo me quedo con aquellos imposibles de abstraer. Oigo mi respiración. Puedo, incluso, visualizar como el aire entra y sale por mi boca. No hace frío. Mi cuerpo permanece cálido, mientras mi error de dejar la ventana abierta congela toda la sala. Mi cuerpo parece no inmutarse. Se muestra pasivo a toda sensación externa. Interiormente es un volcán a punto de explosionar. Siento como esa lava de pensamientos sube por mi garganta. No sé cuánto podré contenerla.

TÚ ERES EL QUE MANDA!

The Charmed Generation comenzó siendo un blog pequeño y tímido, pero cada vez más se une más gente de diferentes partes del mundo.
Sinceramente, cada vez que alguien nuevo me comenta o tengo una visita nueva o alguien clica en "seguir este blog" o me cita, o añade mi dirección a su página web...me enorgullezco de ello.
Por eso, ya que vosotros sois los que dais vida a este blog os doy la necesaria opción de que me hagáis propósitos para mejorar el blog, hacerlo más dinámico, etc...

Para cualquier proposición, podéis o bien dejar un comentario en este mismo post o enviarme un correo a charmedboy11@gmail.com con vuestras propuestas.
Aceptaré propuestas de todo tipo: sobre el aspecto, sobre nuevos temas, nuevas secciones, más dinamismo, lo que vosotros queráis.

Un fuerte saludo. Cuento con vuestra participación,


El Administrador de The Charmed Generation,


Charmed_boy

sábado, 3 de enero de 2009

Australia

Negrita
Cómo ya decía en la entrada anterior, hoy he acudido al cine, desde hacía ya bastante tiempo. Debe de ser de las pocas veces que me siento satisfecho de haber gastado siete euros con ochenta céntimos en el cine. Debido a las prisas y al empacho que tenía de hoy no compré palomitas ni nada que ingerir para cuando me hallase en el interior de la sala.
Me dejo ya de cuentos y me centro de una vez por todas en el post en sí. Cómo decía, acudí, junto con mi madre, a ver Australia, la nueva película del director Baz Luhrmann (director que me apasiona realmente). De nuevo me ha vuelto a conmocionar con su manera de representarlo todo. Su estética es infalible. Hasta el más mínimo detalle está controlado. Cada posición, cada contraluz, cada reflejo, cada sombra...Su trabajo con los contrastes y la imagen forzada al máximo logran que sus películas me enamoren.

La película, además de tener una estética realmente maravillosa e impactante, tiene una trama en la que no falta nada: una relación amorosa, una relación filial, una guerra, un personaje muy muy malo, una melodía...La trama es verdaderamente genial, pero no os la voy a desmantelar (aunque me entran ganas). Os dejaré que comprobéis vosotros mismos. Qué descubráis la magia de esta película. (Parece que hago publicidad, pero no me han pagado nada, ni intento hacer publicidad. Eso sí, si vais al cine, no os coléis luego en otras películas como hace mucha gente. Lo único que se consigue es que aumenten más los precios y que apasionados del cine, como soy yo, no acudan tan usualmente como nos gustaría).

Los actores, pues qué decir de mi adorada Nicole Kidman. Estaba espléndida y elegante, como es usual en ella. Expresando al máximo. La musa del director, de nuevo en una de sus películas. Ya estuvo junto a él en Moulin Rouge y en el anuncio del perfume Chanel Nº 5, también dirigido por Baz.
Hugh Jackman, representa a ese tipo de hombre duro por fuera, pero con un gran corazón en su interior. Al igual que realiza un excelente trabajo en la saga de películas X-men, nos conquista ahora con un personaje hecho a su medida.

Una película que me ha hecho llorar. Una película cargada de emoción. Una película que te mantiene con el corazón en un puño hasta el último momento. Una película que, al terminar, recibió el aplauso de la sala. Una película que recomiendo ver.

viernes, 2 de enero de 2009

The "Karelmob" (pocos entenderéis el título, ya que no aparece reflejado en la entrada su significado)

Estreno nuevo año para mi blog, y lo hago narrando nuevas aventuras. Recientemente he escuchado en las noticias algo llamado flashmobs. Me parecieron realmente interesantes las "quedadas" que organizan así que he estado informándome en la página web que las organiza en Madrid. Lo cierto es que aún no hay nada nuevo. Su última "moBida" como ellos la llaman sucedió en la estación madrileña de Príncipe Pío, en la cual todo el mundo se situó alrededor de la barandilla del piso de arriba y comenzaron a gritar "PI" y sonidos tal que este. Me gustaría formar parte de algo que realmente haga honor a la palabra flashmob. Algo como lo que se organizó en la estación de Atocha en la que unas 200 personas sincronizaron todos sus relojes y a una hora concretada anteriormente se quedaron completamente congelados durante cinco minutos. Suena divertido, ¿verdad?

Cambiando radicalmente de tema, ayer asistí, como ya comienza a ser tradición al concierto de año nuevo de aquí, de la ciudad de Gijón. Qué deciros...estuvo realmente bien. Me gustó incluso más que el año pasado. Tocaron, en la primera parte fragmentos de Zarzuela, con la colaboración de un gran tenor valenciano: José Sempere.
La segunda parte estuvo dedicada ya a las famosas marchas, polkas y valses de Strauss. Sencillamente grandiosas. Para finalizar, no podían faltar El danubio azul y la marcha Radetzky.
El concierto no se puede comparar al de año nuevo de Viena, que este año dirigió el gran pianista y director Daniel Barenboim, pero la orquesta sinfónica de la ciudad de Gijón es muy buena.


Mi día de hoy fue completamente diferente a lo que se pudiera esperar.
Me levanté a las 12:39 para ser exactos, después de una larga larga noche. Hacía mucho tiempo que no recordaba mis tres sueños. Los tres un tanto estúpidos esta vez. El primer sueño estaba situado en Gijón, concretamente en la calle Fuente del Real. Yo estaba con mi madre en nuestro estanco haciendo el inventario de fin de año y de repente se me antoja ir a un centro comercial que hay más abajo de la calle. Fuente del Real es una larga calle (bueno, "larga") que desciende. Podéis compararla con Gran Vía para haceros una idea, pero es mucho más estrechita y más fea. El caso es que yo iba muy contento por la calle cuando, al instante, diviso como unos chicos de mi edad están atracando a una señora. Después de llevarse su bolso se dirigen en dirección al estanco. Pude oír que atracarían el estanco. Yo no sabía que hacer, no pude responder. En vez de subir de nuevo a ayudar a mi madre, me quedé parado sin saber qué hacer. Ya no recuerdo más del sueño.

Mi segundo sueño fue un poco más normal, sencillamente aparecía yo en el centro de una sala llena de espejos y comenzaba a afeitarme con una maquinilla eléctrica. Nada del otro mundo.

Y por último mi tercer sueño: Me habían cambiado de clase en el instituto. Me encontraba en una clase bastante extraña. En lugar de mesas y sillas había sillones, sofás como los de mi salón y una gran televisión en un extremo de la clase.
Cada profesor llegaba y en vez de dar clase, nos ponía una película. Al principio yo no le daba importancia ya que se trataba de el primer día de clase después de la vuelta de vacaciones, pero llegó un momento que yo ya no podía más: El nivel de la clase estaba bajando y yo no podía soportarlo. Me levantaba y comenzaba a gritar por los pasillos de clase "¡Nooooo! ¡Esto no puede estar pasando! ¡Quiero volver a mi clase anterior, dónde el nivel era alto!". Una gran paranoia como podéis observar. Seguía corriendo por los pasillos del instituto hasta que sin pensármelo dos veces interrumpía la clase de filosofía de mi anterior clase y me quedaba pegado al encerado llorando. Y hasta ahí recuerdo del sueño...

Después de levantarme y recordar mis tres sueños. ¡Ah!, y de contárselos a la que limpia el casa. Me dispongo a tomarme un mini-desayuno, debido a lo tarde que era. Mientras me dispongo a desayunar me llama mi tía (Yo había quedado a las 13:30 y ya eran las 13:00)diciéndome que si, por favor, podía ir al ambulatorio (que está bastante cerca de mi casa) a buscar unas cosas para mi abuela. Sabía que si decía que sí llegaría tarde a mi cita con las chicas del conservatorio de aquí de Gijón, pero no podía negarme. Era para mi abuela. Cómo un relámpago me desayuné, me duché, me sequé el pelo, me lo planché, me peiné y me vestí. Salí corriendo a casa de mi tía a por la cartilla de la Seguridad Social de mi abuela. Sin ella no me iban a entregar nada. Una vez con la cartilla en mano me dirigí hacia el ambulatorio. Por el camino, llamé a una chica con las que había quedado para avisar de que llegaría un poco tarde.
Después de correr de aquí para allá y de esperar a que la enfermera me diese de una vez por todas el paquete para mi abuela, partí a mi cita. Ya serían las 14:00 horas. Me iban a matar, eso seguro.
Gracias al cielo, aún seguían esperando y aunque me llevé más de una reprimenda, la tarde finalizó bien.
Ahora, mientras escribo, espero a mi madre para irnos al cine a ver Australia, la última película del director de Moulin Rouge (mi película favorita). Los dos tenemos muchísimas ganas de verla, así que ya leeréis mi crítica cuando vuelva.