martes, 24 de septiembre de 2013

De ubicación en ubicación

Siento no haber publicado nada en casi seis meses, pero la verdad es que he estado muy liado. Y después de el agetreado horario, no me podría ocurrir nada peor que se me estropeara el ordenador.
Llevo con este nuevo portátil desde hace sólo dos días. Lo cierto es que me encanta, no voy a mentir. Pero llevaba ya casi un mes sin ningún tipo de ordenador e intentando recuperar todos los datos del antiguo ordenador.

Como noticias así más nuevas, he de decir que la temporada ya ha comenzado y soy uno de los aprendices del Orlando Ballet. Las cosas están yendo bastante bien y doy gracias por todas las cosas que estoy aprendiendo y todas las oportunidades que se me están dando. Claro que me gustaría tener muchas más, pero no me puedo quedar. A fin de cuentas soy sólo un aprendiz, y ese es el rango más bajo en la compañía, así que no me puedo quejar.

Nuestro edificio de residencia, dónde ensayamos y dónde está situada también la escuela del Orlando Ballet, ha sido cerrado por motivos de contaminación por humedad y moho. Así que desde hace creo que dos semanas estamos sin un lugar fijo para ensayar.
Estamos muy agradecidos de que Disney nos halla ofrecido dos localizaciones para ensayar. En primer lugar su ciudad deportiva: el Wild World of Sports y estas dos ultimas semanas uno de sus teatros dónde antes se encontraba el Disney Institute dentro de uno de sus hoteles, el Saratoga Springs Resort.

Están siendo momentos muy duros y es bueno saber que entidades tan grandes como Disney están dispuestas a echarte una mano. No solo prestándonos un lugar para ensayar, sino llevándonos cada mañana en autobús y dándonos de comer todos los días. Se dice que han gastado ya más de 10.000 dólares sólo en comida para nosotros. No podemos pedir más.
Sin embargo, bailar en espacios que no están habilitados para el tipo de ejercicios que hacemos no es lo más saludable para el cuerpo. El no tener un suelo especializado que absorba los golpes consigue que haya lesiones más frecuentes, sobre todo cuando estamos saltando mucho. Los tobillos, espinillas y rodillas se resiente de una manera muy grande.
Y ya hablando más personalmente, yo necesito un espejo. Es horroroso saber que tengo una depedencia tan grande de los espejos, pero para mi son necesarios. No sólo se pueden sentir las cosas, a veces hay que verse para saber lo que uno está haciendo más o por qué algo no está funcionando y esas cosas.
Y más importante aún, para aprender coreografía, sobre todo si se trata de cosas más contemporáneas. Un espejo es totalmente necesario.

De todas maneras, parece ser que al final de esta semana nos mudaremos a un espacio en Downtown Orlando hasta finales de año, con un buen suelo dónde bailar y espejos. La verdad es que tengo ganas ya de que encontremos un sitio algo más estable y sobre todo más cerca de dónde yo vivo.