jueves, 27 de diciembre de 2012

Gijón, sin maleta y otras ocurrencias.

De nuevo estoy en casa. Pasando un frío horroroso porque tanto a mi madre como a mi hermana, parece que no les gusta poner la calefacción muy alta. Así que me toca pasar frío y dormir con sábanas térmicas.
Sin embargo, estoy disfrutando el tiempo en casa, a pesar de que estoy algo enfermo. Creo que se está pasando -lentamente, por desgracia-. Me duele un poco la garganta y tengo fiebre.
Todo comenzó en el avión. Me dolía un poco la garganta, no voy a mentir, pero nada fuera de lo normal. Le llega el turno al segundo vuelo. Tras la cena, empiezo a sentir unos calores horrorosos y comienzo a sentirme mal. Tenía fiebre, así que no tuve nada más que hacer que levantarme cada poco al baño a mojarme la cara para bajar un poco la temperatura.

Al llegar, por supuesto algo más siempre tiene que ocurrir: me volvieron a perder la maleta. Esta vez se quedó en Miami -para mi desgracia-. Así que después de haber planeado un precioso atuendo para la cena de Nochebuena, tuve que ponerme la misma ropa que llevé durante todo el vuelo...
Una cena preciosa por supuesto.

Hoy he recibido una pequeña sorpresilla por parte de mi amiga Irene. Ha puesto en un dvd millones de fotos de hace muchísimos años, de cuando eramos pequeños. Fotos que yo había perdido cuando se me borró toda la información del disco duro externo. Me ha hecho muchísima ilusión. Además añadió un conjunto de marcos con fotos nuestras. Marco que me llevaré a Orlando y para el cuál ya he encontrado un lugar en una de las paredes de mi habitación.

Las navidades siempre me hacen recordar a todas aquellas personas que quiero. Por eso siempre envío postales de navidad, para recordar a todas aquellas personas que no veo todos los días que siguen estando en mi cabeza y corazón.
Y muchas veces, recibo un mensaje o una postal de vuelta, que me hace muchísima ilusión.

Os deseo las mejores fiestas a todos. Un beso enorme.