martes, 6 de septiembre de 2011

De bailarín a obrero casero

Por fin ha terminado este largo fin de semana. Por un lado agradezco haberlo tenido ya que he podido descansar mi tobillo el cuál creo haber esguinzado -de nuevo-, pero por otro lado necesito una clase lo antes posible.
Ayer por la noche estuve rodando con mi nuevo roller y estirando para que hoy cuando me levantase y me dirigiera hacia clase todo mi cuerpo se sintiera relajado y estirado. Aún no he probado a ver como estoy, pero los días después de un fin de semana nunca suelen ser buenos físicamente, hasta que el cuerpo vuelve a entrar en la rutina.

Cómo buena noticia de hoy es que tendremos una sesión fotográfica. En principio una foto de grupo para los programas y la página web como compañía. Sin embargo, unas líneas más abajo aparecía mi nombre y el de una compañera mía con la que tuve la suerte de bailar un paso a dos durante el verano. No sabía lo que era así que decidí preguntar a algunos compañeros y profesores y resulta que igual aparezco en la camiseta del cursillo de verano del año que viene junto con esta chica. La verdad es que me hace ilusión. ¿A quién no le gustaría salir en una camiseta?

No se me puede olvidar hablar de ayer.
Resulta que el sábado le comenté a Christina, mi compañera de piso, que tenía que ir a IKEA sin falta ya que necesitaba una cama. Sin ningún problema me dijo que sí y tras esperar a que el hombre del servicio de televisión nos colocara el cable, nos dirigimos hacia IKEA. Compré mi cama, la cuál tuve que enviar por servicio a domicilio ya que no nos entraban las piezas en el coche y nos fuimos a casa.
La cama llegaría al día siguiente entre las 10:00h y las 14:00h.
Pero una vez que llega, hay que montarla y yo ya tengo cierta experiencia del año pasado. No obstante esta vez fue realmente complicado, no me preguntéis por qué. El caso es que me llevó toda la mañana.
Más tarde me puse a limpiar las ventanas, porque me tienen loco: están asquerosas. Lo complicado es que son muy difíciles de limpiar por fuera ya que no son como las ventanas españolas que se abren hacia dentro de forma lateral. Estas se abren hacia arriba, por tanto limpiar por fuera la ventana que sube hacia arriba es complicado, por no decir imposible.
Pero yo soy un chico muy listo y siempre encuentro soluciones a este tipo de problemas -a no ser que sea imposible encontrarlos- y conseguí limpiarlas. Sin embargo sólo limpié dos de las tres ventanas que tengo ya que estaba cansado y mi amiga Lara se había conectado a Skype y me apetecía hablar con ella.

Ya os subiré algunas fotos de mi nueva habitación y mi nueva casa en cuanto esté un poco más decente de ver. Aún hay cajas de cartón por cada rincón de todos los paquetes que van llegando y todas las cosas que se van pidiendo por internet o desenvalando.






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