domingo, 21 de septiembre de 2008

Un tributo a la amistad I : Andrea...


Como predije, la añoranza de mis mejores amigas cada vez se hace más fuerte en la distancia. Hoy en este "Tributo a la amistad I" hablaré sobre Andrea, mi princesa de cuento infinito.
Nos conocimos siendo treméndamente pequeños en un parque famoso de Gijón; el parque Isabel la Católica. Nuestras abuelas solían llevarnos allí para que jugásemos, y al igual que ellas se hicieron muy amigas, nosotros también lo hicimos. Fueron bonitos aquellos años en los que las que nuestra máxima preocupación era conseguir arrancarle una pluma a un pavo real sin que el guarda del parque nos regañase por ello. Recuerdo que íbamos al parque de las bicis y nos pasabamos toda la mañana dando vueltas a un mismo circuito, echando carreras y saltándonos los semáforos en rojo.
A medida que fuimos creciendo, dejamos de ir al parque y durante seis largos años no nos vimos más que una vez en verano, mientras estábamos en El Albir, pero había pasado ya tanto tiempo que nos daba vergüenza dirigirnos la mirada, y ya para qué hablar de conversar...

El destino nos trató bien a ambos y movió todas sus manecillas para que en el instituto, nos tocase en la misma clase. Por fín, aunque al principio acechó esa vergüenza del no saber qué decir, nuestra amistad se consagró por completo. Con sus más y sus menos, ya que nos pasábamos todo el curso entre risas y enfados. Aún me acuerdo de las clases de biología con Doña Gema en las que no parábamos de reírnos de ella y cuando sonaba el timbre soltábamos toda esa risa que habíamos estado conteniendo dentro. Nos daba igual que Doña Gema aún no hubiese dejado la clase.

Tuvimos muchos momentos juntos. Momentos de felicidad y momentos de muchísimo miedo. Un día, salíamos de la urbanización de Irene, dispuestos a ir al quiosco a comprar gominolas y unos chicos comenzaron a meterse con nosotros, a pegarme collejas. Mi corazón latía muy fuerte y sólo se nos ocurrió meternos en el Oblanca y esperar allí durante casi cuarenta y cinco mortificadores minutos, en la carnicería. Por fín, después de numerosas amenazas, los chicos se marcharon y pudimos respirar.

Se me hace raro no verte todos los días Andre. Se me hace raro no oir tus carcajadas y se me hace raro no poder llamarte para quedar y esas cosas...
Que sepas que entre las tres, habéis construido mi personalidad y os agradezco que seáis mis amigas, porque no creo que pueda existir nada mejor que vosotras...
Te quiero Andrea.



Continuará...(Un tributo a la amistad II : Lara...)

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Alber siempre te leo aunque nunca te firme (A)
pero hoy... cómo para no firmarte! ^^
te ha quedado muy chuli, sí señor! =D

espero la segunda parte con impaciencia ;) jiji

un besazo, Alber!

Lara...*]*

Anónimo dijo...

Alber siempre te leo aunque nunca te firme (A)
pero hoy... cómo para no firmarte! ^^


______________


Muchisimas gracias por estos tres dias en los que nos haces sentir mejor pero a la vez peor...te echamos muchisimo de menos...no sabes cuanto!!

Muchas gracias por las palabras que hoy me dedicaste!son muy sinceras pero a la vez un poco mentira(solo una)...ya te contaré XD



Yo tb echo de menos todo lo que tiene que ver contigo, pero en especial...tu risa...tu GRAN(sí, gran) sonrisa..esa que iluminaba toda tu cara y la de los que estabamos a tu alrrededor!



Espero verte pronto.

Te quiero Bertissss^^




Andre*

Anónimo dijo...

Bueno, lo que yo pueda decir aq1uí no tiene demasiado sentido, pero aun así no puedo dejar de decir que se ve que es una gran amistad.
Que dure mucho a pesar de la distancia y que nunca se pierda.
Iker.

Anónimo dijo...

Decia que siempre es lindo recordar a las personas que mas se quiere, y que lo importante es no perder el contacto con ellas.

Lindo Tributo

Besos

Pd.: Blogger eliminó mi primer comment :'(