Unos malos días...

El título lo dice todo. Estoy malo, no voy a decir lo que tengo porque, sencillamente me da vergüenza. Pero me duele muchísimo la garganta, tanto que cada vez que me toca tragar saliva es un suplicio. También tengo bastante fiebre y ando muy cansado. Unos días de reposo, según el médico, bastarán. ¡Pero yo no puedo reposar! ¡Yo bailo, señorita!
Unos días de reposo pueden convertirse para un bailarín en la pérdida de todo lo que ha conseguido en uno o dos meses. Lo sé es injusto que tres días se lleven así por las buenas un duro trabajo de dos meses, pero es tan cierto como injusto. Intentaré estirar en mi casa para no perder elasticidad, pero debería reposar. Debería estar en la cama todo el día. La verdad, es lo que mi cuerpo me pide, a excepción de ahora que son las 6:44 de la mañana y estoy aquí sentado frente al ordenador inetentando que la noche acabe ya que no puedo dormir.
Estoy un poco bajo de moral desde que estoy malo, así que perdonen mi pesimismo, pero entiendan que para mi es muy difícil parar. No soy como cualquier otra persona...