miércoles, 10 de noviembre de 2010

De lo malo a lo bueno

De lo malo siempre se puede obtener algo -no siempre, pero la gran mayoría de las veces-. El caso es que hoy, en teoría, debía haber tenido una cita con el nuevo Physical Therapy al que estoy yendo. Sin embargo la he tenido que cancelar en cinco segundos -cosa que no me ha gustado nada. Hubiera sido mejor cancelarla al menos con 24h de antelación- ya que el horario de ensayos para hoy y mañana lo han publicado hoy. Y resulta que tenía ensayo de 16:00h a 17:00h.
Lo cierto es que me molestó bastante que no me dejasen faltar al ensayo para ir al fisio, porque de verdad necesito estas citas, y tienen un horario muy ajustado así que no es posible posponerla para el mismo día. Necesito estas sesiones, porque necesito el tratamiento para poder curarme por completo de mi tobillo. Y empezar un tratamiento y no seguirlo como debe de seguirse es como no estar siguiendo ningún tratamiento, algo que me está comenzando a sacar de quicio. Ya que publican los horarios con muy poca antelación, que no puedes ni planificar tu horario. Porque podía haber puesto el ensayo más tarde.

El caso es que lo tuve que cancelar, así que no le voy a dar más vueltas. Sin embargo, aproveché para pedir cita con el fisioterapeuta del Boston Ballet, ya que los martes es el único día en el cual los trainees podemos acudir al fisio -lo sé, lo sé, es una estupidez, pero así son las cosas aquí-. Sabía que no me iba a servir de nada, ya que son sólo veinte minutos de sesión, así que aproveché para llamar a mi quiropractico y profesor Mr. Legate, para ver si me podía ver hoy. Y así fue. La verdad es que este hombre sabe muchísimo y me ha ayudado muchísimo también.

Después de la cita, me preguntó que si tenía algo que hacer alrededor de las 19:00h. Le dije que no, y me comentó si me apetecía atender a una charla que iba a dar en la misma clínica sobre colocación de la columna vertebral y la quiropractica en general.
Estuvo muy interesante, a pesar de que éramos pocas personas. Había comida, pero yo no tenía mucha hambre ya que entre la cita y la charla había ido a un Burger King a comprar algo -a veces uno no se puede resistir a la comida rápida-.

Al final de la charla hubo un pequeño sorteo de uno de estos especie de cojines que colocas en las sillas para mantener una buena posición de la espalda. Había que decir un número del 1 al 20, y yo acerté, mira tú que casualidad.
Así que ahora mismo estoy aquí sentado en una perfecta posición vertebral.

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