miércoles, 18 de abril de 2012

46th Memory: Frustración


La vida de cualquier persona y en especial la vida un bailarín tiene sus altos y sus bajos. Acabo de salir de una lesión de siete semanas de reposo. La vuelta está siendo muy dura, y agradezco toda la paciencia que mis profesores están teniendo. Pero esta vuelta a todas mis clases, está volviéndose más complicada de lo que imaginaba y me está haciendo ver muchas cosas de otra manera...
En primer lugar, mis profesores. Empiezo a pensar que sólo se está prestando atención a los prodigios. ¿No es el trabajo de un profesor, el intentar que sus alumnos consigan el máximo de sus posibilidades? Si hay un alumno con mucho talento, por supuesto que se debe de darle importancia, pero también a aquel otro alumno que quizá no tiene un talento tan natural pero que con trabajo puede conseguir los mismos resultados.
¿Qué está ocurriendo?
Siempre se le echa la culpa a los alumnos de mi generación que no tenemos el mismo espíritu trabajador de las generaciones pasadas. Puede que sea verdad, ya que la vida no es tan dura como hace unos cuantos años atrás, pero yo también pienso que los profesores se están relajando.
Es muy difícil decir que te encanta enseñar y cambiar tu estados en facebook con lo orgulloso que te sientes de que tus mejores alumnos -véase prodigios- han conseguido muchísimos premios en una competición... La parte difícil es conseguir que aquel alumno con más dificultades consiga las mismas cosas. Y esto conlleva dolores de cabeza que los profesores de hoy en día no están dispuestos a tomar por lo que parece.

En este momento de mi vida, me siento totalmente falto de motivación.
Quizá otras personas pueden tirar de ellas mismas, sin ayuda de nadie. No es mi caso. Necesito a alguien detrás mío dándome ese empujón necesario para seguir adelante y no caer en la monotonía y seguir avanzando.
Me considero bastante afortunado de todo lo que he conseguido. Y estoy orgulloso de poder decir que todo aquello que poseo me lo he currado yo mismo. No he nacido con ningún tipo de facilidad para la danza, ninguna. No soy propicio a girar, a grandes saltos, no incluso a una gran flexibilidad. Todo lo que tengo lo trabajo día a día y ultimamente he mejorado investigando yo mismo que es lo que ocurre con  mi cuerpo que hace que ciertos pasos no funcionen.
Todo esto es bueno, pero es el camino lento.
Sin ninguna duda pensé que este sería el año más importante de mi carrera, dónde definitivamente iba a mejorar todos aquellos aspectos que necesitaba para tomar el paso decisivo a una carrera profesional.
Sin embargo, me encuentro tomando clase con niños de catorce años. Que son impresionantes, no lo puedo negar, pero tienen catorce años.
Necesito un ejemplo, alguien que te motive para ser mejor cada día y no quedarse estancado. ¿Es esto mucho pedir?

4 comentarios:

Lara A. Charro dijo...

Yo creo que todos nos sentimos frustrados en algún momento de nuestra recién iniciada carrera profesional. Muchas veces nos imaginamos las cosas como no son, o esperamos más de lo que en realidad acaba siendo. La clave es no desesperarse y esperar a que vengan tiempos mejores. Tú mismo lo sabes: has llegado hasta aquí por méritos propios, porque eres un luchador nato y un trabajador como ninguno otro. Puede que precisamente eso sea lo que te haga pasar malos ratos. Te implicas al 100% en cada cosa que haces y eso conlleva que te exijas un nivel altísimo de rendimiento todos los días.

Eres un campeón, Alberto. Todos los que te hemos visto desde el principio estamos muy orgullosos de ti. Has llevado una trayectoria impecable y que ahora te sientas estancado es, cuanto menos, natural. Trata de disfrutar de momentos de stand by; aprovecha para mirar atrás y ver todo lo que has logrado, pero también para seguir mirando al frente. Aún te queda mucho por dar.

Un besazo enorme, Alber, y mucho mucho ánimo. Eres el mejor.

Charmed_boy dijo...

Muchisimas Gracias Lara. :)

Juan dijo...

Mira nene, te lo dice un proyecto de profesor xD, hay que intentar que todos nuestros alumnos sean capaces y dentro de que sean capaces que sean lo mejor que puedan y si ponen de su parte mucho mejor, ese debería ser el ideal del profesor, sin embargo en el mundo en el que te mueves, al igual que en todos los del espectáculo, la gente busca ser no quien entreno a 20 buenos bailarines, sino el que entrenó al mejor, no el que entrenó a 100 que llegaron alto, sino a uno que llegó más alto que nadie. Es una lucha por la reputación, muchas veces presentan a un director o profesor como "el que dirigió..." o "el que entrenó a..." pero nunca oirás "el que ha ayudado a muchos a alcanzar un buen nivel" sin que haya luego un "además de..." con alguna obra famosa, algún hecho destacado, etc. Ya te dije en su día que detesto a los profesores que no aman a sus alumnos hasta el punto de intentar que sean tan grandes como puedan y se dejen y que o bien tiran la toalla o bien solo atienden a los mejores, aunque es cierto que se suele a, en algún momento, caer en ello sin darse cuenta, pero ahí lo bonito es rectificarlo.

Y respecto a lo otro, lo de que no puedes tirar de ti sin apoyo, te puedo presentar a alguien, es un colega que empezó en una cosa que le gustó y se empeñó al máximo en ello, que lo dió todo y no dejaba de intentar mejorar aunque le cambiara el sistema de vida, que aunque estaba en algo exigente y en lo que es muy dificil hacerse un nombre no cesó, que aunque le costó varios sacrificios personales siguió adelante, que aunque tenía que hacer eso no dejó de ser un tipo encantador y que se hacía querer, si quieres conocerle coge el espejo más cercano y echale un ojo.
Si no fueses como eres no habrías llegado hasta donde estás, ni de coña, ¿y encima sin haber empezado desde chiquitín? venga tú, hay que saber que siempre habrá alguien mejor que nosotros, hay niños que realmente son genios en lo suyo, pero los que no somos genios de algo tenemos que ser genios del trabajo duro, no rendirnos, no desistir, no dejar que nos venzan las adversidades. No te puedes rendir aunque caigas al andar, porque si no no llegarías ni a bajar las escaleras de tu casa y oye, ya has llegado hasta América, eso es mucho andar, ¿por qué no un poco más? ¿vas a dejar que las adversidades te venzan ahora por grandes que sean? Si no se logra a la primera se intentan 2 y si tampoco se puede se pasa a intentarlo 3. El objetivo no es ser el mejor, es ser mejor que ayer, y llegará un momento en el que tras tantas pequeñas mejoras habrás llegado tan lejos como te permita tu vida... y entonces es cuando con tu voluntad deberás romper los límites si te crees capaz de ello. Tú no sé, yo sí, sé que eres capaz, y no te lo digo por quedar bien primero porque ya sabes que es pecado mentir (y matar, jo xD) y segundo porque no ganaría nada mintiéndote. Vales lo que vales y lo que vales es mucho.

Siempre hay alguien mejor que nosotros, pero... ¿por eso tenemos que ser peores de lo geniales que podríamos llegar a ser? ¿o deberíamos entrenar para llegar al nivel de esas personas? ¿o incluso juntarnos, aprender de ellas, analizarlas en busca de pequeños detallles...? Yo creo que igual que te has esforzado en mirar tus fallos por tu cuenta, la gente que ves tan buena se ha esforzado en su momento por hacerlo, aunque muchos no por su cuenta, y eso te da más crédito aún.

Yo creo que eres un genio del trabajo duro, y me sigue produciendo innegable placer hablarles de ti a mis compañeros (y a una alumnilla mia que quería ser bailarina, te has ganado una minifan, pero no te lo había dicho para que no se te subiese a la cabeza jeje [y porque no pasaste por Madrid, mamón xD]) Así que ya sabes, no dejes de esforzarte, porque no me gustaría que dejases de ser el ejemplar Alber que con tanto cariño recuerdo ;)
Un besito nene

Charmed_boy dijo...

Juan, tus palabras me relajan. Me hacen sentir que sí que tengo esos buenos amigos, por muy lejos que se encuentren. Y que estos aún miran por mí.

Creo que vas a ser un gran profesor Juan. Sólamente por el espíritu que tienes y la gran persona que hay en ti vas a conseguir ser ese profesor que nunca se borra de la memoria de un alumno. Aquel que deja una marca de sabiduría en tí que es imposible de borrar.

Te quiero muchísimo Juan. Aunque no te lo pueda decir todos los días y no esté en Madrid para darte la lata, tu marca sigue en mi.

Gracias, muchísimas gracias. Son, todas estas palabras que provienen de los buenos amigos las que consiguen que por muy hondo que sea el pozo, siempre se vea una luz en lo alto.

Gracias.