domingo, 2 de octubre de 2011

De tuberías a torcezuras

En esta última semana han ocurrido muchas cosas. Vayamos por orden pues.
En primer lugar, mi casa es un desastre. Resulta que los vecinos de al lado están renovando su baño y algo debe de haber pasado, lo que sumado a la gran cantidad de lluvia que cayó el martes, dio lugar a que hubiese una fuga en la habitación de Christina. En un primer momento no le dimos tanta importancia, sin embargo llamamos al casero para comunicarselo y nos comentó que enviaría a un fontanero a echar un vistazo.
Y así fue. El fontanero nos explicó que a veces algunas tuberías tienen algo de tiempo y se forman pequeños agujeros con el desgaste por el paso del agua que hacen que estas se rompan y den lugar a fugas. Nos comentó que habría que mover todo el mueble del baño de Christina y cambiar las tuberías. Todo tendría lugar el sábado.
Sin embargo, al día siguiente además de en la zona localizada que habíamos visto el agua, apareció más en el armario de Christina, así como en todo el perímetro alrededor de la escalera. Decidimos entonces que la cosa se estaba ya pasando de sería y llamamos a un servicio de urgencias domésticas 24h. En cuanto llegaron lo primero que hicieron fue retirar toda la moqueta de la habitación de Christina ya que daba bastante asco y se iba a poner toda mohosa, además de dificultar la localización de la fuga de agua.
Además de esto colocó varios deshumidificadores y ventiladores para evitar que el agua saliera de la zona y se extendiera por todo el piso de abajo.
Y así nos encontramos ahora. Con los ruidosos ventiladores y el deshumidificador esperando a ver cuando vienen a arreglar de una vez por todas el problema.

Por otro lado, ya más relacionado con la danza y que por tanto me preocupa más en este momento, es que me he torcido el otro tobillo.
Sinceramente creo que he metido los pies en un cubo de mala suerte porque esto ya es que no me lo creo ni yo. Estaba en un ensayo y me dispuse a hacer una pirueta, dí un pequeño brinco y mi pie se torció por completo hacia afuera dejándome tirado en el suelo. Sabía que me había echo mucho daño pero mentí y dije que no me dolía tanto -idiota de mi-.
Y aquí estoy, de nuevo sin poder tomar clase. Intento estar lo más positivo que puedo, pero es que desde que he llegado no he hecho más que torcerme los tobillos. Y no será porque no hago ejercicios para fortalecer.
Mis tobillos son muy flexibles y tienden a irse para todos lados, pero por eso hago tantos ejercicios, más aun desde la última torcedura.

Continuar positivo, esa es la clave. Todo sucede por alguna razón, ¿no?

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