jueves, 13 de octubre de 2011

La vida del que come comida rápida

Mi tobillo comienza a estar algo mejor tras dos sesiones de fisioterapia e innumerables sesiones de ejercicios diarios, sin embargo aún no he saltado de la barra al centro. Más que nada por precaución y por miedo a que pueda ocurrir algo diferente ya que aún no están lo suficientemente fortalecidos los tobillos.


No obstante, no es de mi tobillo de lo que venía yo a hablar. El sábado por la noche salí con Christina a cenar a BJ's, un restaurante bastante reconocido aquí en Orlando. El restaurante es más que nada conocido por sus pizzas "Chicago" y los llamados "pizzookies"; una pizza-cookie que se puede pedir de diferentes sabores y diferentes helados por encima. Lo cierto es que estaba todo buenísimo.

Al día siguiente ambos madrugaríamos para ir a ver una retransmisión en directo del ballet Esmeralda desde Moscú, bailada por el Bolshoi Ballet. Sin embargo, para llegar a estos cines tendríamos que conducir durante unas dos horas, así que tuvimos que madrugar ya que el ballet comenzaría temprano al ser retransmitido desde Rusia.
Impresionante, no puedo decir más. María Alexandrova y Denis Savin como bailarines principales es un gusto para la vista. Ella expresiva y fuerte y el limpio y preciso en cada paso.
Había merecido la pena el viaje.
A la vuelta nos entró algo de hambre y paramos a comer algo en un Burger King de carretera ya que no conseguíamos encontrar algo mejor. Y aquí comienza la gran historia que iba a contar.
De alguna manera, la comida me debió de sentar realmente mal y para cuando llegó la noche la barriga me dolía muchísimo y no paraba de eructar. Pasé una noche de perros yendo al baño constantemente a evacuar y a vomitar durante toda la noche y el día siguiente. Ni siquiera asistí a clase ya que no me podía mover de la cama. Me levantaba y me volvían a dar nauseas y tenía que ir corriendo al baño a vomitar, pero no vomitaba nada, tan sólo un líquido completamente transparente ya que mi estómago estaba completamente vacío.

Llegada la noche, Christina me trajo unas cuantas cosas que le había pedido: como una Coca-Cola y unos cuantos limones para echar al agua que bebía. Trajo también un jarabe para las nauseas que definitivamente me ayudó a dormir.
Por la mañana mi estómago se encontraba algo mejor pero si que lo sentía y siento dolorido de los vómitos y las grandes contracciones que mi pobre estómago tuvo que hacer.
Me encuentro ahora haciendo una dieta ligera hasta que mi estómago se vuelva a colocar en su lugar y deje de darme problemas.

1 comentario:

David MvD dijo...

Lo que te ha pasado es que has comido algo en mal estado y tu estómago únicamente quería echarlo todo fuera.

Y que te duela es normal, te habrás quemado con la bilis del estómago, además del esfuerzo que ha hecho jajaja

Con unos días de reposo, bastará.

Un besito ;)