De la caída a la nada

Tras el disgusto del otro día, he decidido pasar página y olvidar lo que ha pasado, porque ha sido una tontería. No será ni la primera, ni la última vez que me caiga en un escenario, así que ya me puedo ir acostumbrando.
Sin embargo, hoy hablé con el mi profesor de contemporáneo, y coreógrafo de la pieza. Le pregunté que qué le había parecido todo, incluyendo mi caída. No sé si estaría diciéndolo para consolarme o no, pero dijo que le gustaba lo que había ocurrido y que quería incluirlo en la coreografía -no, sí cuando yo digo que este hombre está loco es por algo...-.
Llegó a decirme incluso, que había preguntado a los demás profesores sobre mi caída -lo que me lleva a la conclusión de que se notó demasiado- y que muchos dijeron algo así como: "¡Ah! ¿Pero que se cayó?". Considero que esto ya es demasiada exageración y no creo que sea verdad.
Sin embargo, me hace sentir mejor.

Esta semana -ya sé que aún estamos a Martes- está siendo demasiado larga. Toda la escuela tiene la semana libre, menos nosotros, claro está. Lo bueno es que solo tenemos una clase por las mañanas. Pero, como no, los ensayos de la compañía no desaparecen... y estamos cargados de ellos hasta el cuello. No me quiero imaginar como van a ser las cosas cuando empecemos el lunes, con el horario normal, más los ensayos...