Mi ausencia tiene una gran explicación.
Cómo todos sabéis -si es que me leéis- mi aductor da mucha guerra y la lleva dando desde hace ya varios meses. He acudido a varios fisios, osteópatas, masajistas, traumatólogos...y mi dolor persiste y persiste. Pero ahora viene lo interesante:
Resulta que ayer, martes. Llegué cómo cada día a la escuela. Sin embargo, había retrasos en Cercanías de unos 20, 25 minutos, ya que en Sol sólo estaba funcionando un andén. En fín, un completo caos: que si ahora el tren pasa por la vía 4, que si ahora por la vía 3, que si ahora por la 6.... Mira que les gusta marear a los viajeros.
El caso es que por culpa de la mala organización de Renfe Cercanías de Madrid cada vez que ocurre una pequeña incidencia, llegué tarde a la escuela. De todas maneras no pensaba tomar la clase ya que el fisio -o mejor dicho, los fisios- me habían recomendado reposo.
Llegué sobre las 09:30h, caminando junto con Diane, una chica francesa. Y al mismo tiempo llegaba Víctor. Me paró en mitad del pasillo para saludarme y preguntarme si había acudido a Paco, el fisioterapeuta que él me había recomendado. Le contesté que no, que no tenía su número, que hoy me encargaría de pedirlo a mis compañeros. Él se ofreció, muy amablemente a dármelo. Y más aún, llamó el directamente en ese mismo momento.
Si no hubiera sido por él, dudo que hubiese tenido cita ese mismo martes.
Mi cita tendría lugar ese martes, a las 18:00h. Aún tenía que encontrar el lugar.
María, una compañera mía me explicó en un papel, más o menos lo que tendría que hacer una vez saliese en la salida del metro Goya. Creo que ni un superdotado entendería tales indicaciones del papel.
Así es pues, que consulté al supremo Google Maps. Mi salvación continua.
Llegué a la consulta, un tanto lujosa, por cierto. Me pidieron datos, firmar papeles y me hicieron pasar a la sala de espera, dónde estuve más o menos unos diez minutos.
Después de haber llamado a otro Alberto que había en la sala y de que yo hiciera el ridículo gritando que Alberto era yo, me llamaron a mi.
Me quité los pantalones, y me tumbé en la camilla. Les determiné dónde estaba mi dolor y comenzaron a llegar los aparatos extraños: el primero era una especie de bolsa, con forma de teta de silicona que daba calor, calor interno para ser más exactos. El doctor me dijo que si me doliese, que no debería de ocurrir, lo levantase inmediantamente, ya que me estaría quemando el músculo. -Ahí ya empecé a cagarme de miedo, ya que todo me tiene que pasar a mi. No obstante todo sucedió con normalidad- ; después vino Paco, quién me volvió a pedir que le localizase dónde me dolía. "Es el aductor medio", dijo. "Está hecho polvo. Muy sobrecargado. Vuelvo en cinco minutos".
Y así fue, a los cinco minutos apareció de nuevo. Esta vez con dos agujas. "Esto te dolerá un poco" afirmó. De repente sacó una de las agujas del envoltorio. Era muy larga. Peligrosamente larga. Me la clavó en el músculo y sentí un gran dolor. Acto seguido clavó la otra, en paralelo a la anterior.
Mi músculo, muy sobrecargado, empezó a moverse solo. Yo estaba asustado. Me dijo que tendría que estar así unos minutos sin mover nada la pierna.
Fui un buen chico, y aguanté a pesar de que los últimos minutos ya estaba que necesitaba mover la pierna porque sino se me iba a quedar completamente dormida, a pesar del dolor y la grima que me causaba ver esas dos agujas clavadas en el músculo.
Segundos después, apareció de nuevo, con un nuevo aparato. Me quitó las agujas causándome mucho más dolor aún y encendió la nueva máquina.
Lo primero que se me pasó por la cabeza fue: "Es una taladradora en miniatura". Para mi satisfacción, no lo era. Se trataba de una terapia con Ondas de Choque. Lo que la máquina -que va como taladrando. Hace el mismo movimiento- hace es dar como pequeñas descargas al músculo. Cuando se tiene alguna lesión y cicatriza, al igual que en la piel, aparece una costra. Esta máquina lo que hace es quitar esa costra, romperla, de tal manera que se puedan formar nuevos tejidos de mejor calidad y más resistentes. Así la lesión no recaerá.
Al finalizar la sesión me dijo que en casa no intentase comprobar si me dolía o no al estirarlo o algo. Que sencillamente lo dejase descansar toda la noche.
Tenía la zona dolorida, pero al día siguiente me encontraba mucho mejor. Muchísimo mejor.
Hoy he vuelto a la consulta y me han puesto un montón de aparatos diferentes para relajar aún más la musculatura.
Me encuentro muchísimo mejor y eso el lo importante ya que chicos, este domingo actúo en Fama ¡A Bailar!. Supongo que será por la noche y que empezará sobre las 22:00h, pero no sé exactamente en qué momento de la gala saldremos a actuar. Si lo veis ya me comentaréis.
Por cierto, para terminar, quiero resaltar que hoy mismo comienza un blog una muy buena amiga mía a la que quiero muchísimo y la que me ayuda muchísimo aquí en Madrid. Ella es Aina, está en mi escuela y en mi clase y es una gran bailarina. Su blog se llama
Fortunas y Adversidades de una pezuñita. (
http://fortunasyadversidades.blogspot.com/). No dejéis de visitarlo.