lunes, 2 de junio de 2014

Ya son 23

Parece que fue ayer cuando cumplía mis dieciocho años. Por aquel tiempo me encontraba en Madrid y tenía todas las ganas y fuerzas del mundo por salir de España y conquistar al mundo con mi baile. Ese pensamiento sigue intacto, y aquí me encuentro, en el elenco de la compañía de Orlando Ballet y con aún más ganas de seguir y mejorar.
Ya son 23 años que tengo, sin embargo. Es gracioso como pasa el tiempo cuando uno intenta cumplir sus sueños. Aún recuerdo el momento en el que todo comenzaba, aquel tren con dirección a Madrid desde la estación de Renfe de Gijón. Recuerdo esas primeras lágrimas, y el corazón latiéndome más rápido que el motor del tren.
La misma sensación tuve cuando cogí mi primer avión a América.
Siempre he pensado que las decisiones importantes, a veces, hay que tomarlas en menos de cinco segundos. Si lo hubiera pensado durante más tiempo, creo que el temor a estar solo en un país extranjero hubiera vencido y nada de lo que estoy viviendo ahora mismo hubiera ocurrido. Pero, ¿es esto real, o es una mera imaginación, un sueño de algo que aún no he vivido y que mi subconsciente ansia por vivir? ¿Me despertaré una mañana y volveré a aquel día en el que tomé la decisión de que el ballet iba a ser mi vida, y cambiaré mi destino?

El futuro es siempre incierto. Todo lo que nos rodea, es de cierta manera incierto, transmutable. Por tanto, ¿es real? ¿O es la realidad una mera visión de nuestros sentidos? Porque para el daltónico el rojo no es rojo, de manera que ¿cómo sabemos que somos nosotros que vemos el color rojo como rojo los que poseemos la verdad? ¿Quién juzga? ¿Quién juzga lo que es real y lo que no?

1 comentario:

begoña dijo...

Hijo mio, te encontrabas inspirado eh?.Que profundidad de análisis. En lo que estoy de acuerdo es en que las grandes decisiones, cuando lo que se quiere hacer se siente con el corazón, la decisión debe de tomarse en segundos. Eso es lo que hemos hecho, oye tampoco nos ha ido tal mal, ¿verdad?.
Lo que si es cierto es lo difícil que fue también para mi dejarte marchar en aquel tren que se alejaba poco a poco en la estación.
Pero creo que lo hemos superado con creces, siempre hemos estado juntos, a través del ordenador, del teléfono, en persona y eso es lo importante.
A veces se está mas separado incluso viviendo dos calles cerquita de ti.
Tu sigue a tu corazón y nunca pienses si hubiera sido mejor una cosa u otra, decide rápido lo que quieras hacer siempre, aunque creas que te equivocas, no es verdad, ya que nunca podrás saber que hubiera pasado si hubieras elegido otro camino.
Sigue tu camino como quieras vivírlo y recuerda aquí estoy yo siempre caminando a tu lado.
Te quiero.