miércoles, 20 de noviembre de 2013

Despertando de la anestesia

Ayer tuve que volver a pasar por un proceso de cirugía por el que tuve que pasar este pasado verano. Unos momentos que no se los recomiendo a nadie. Pero esta vez ha sido todo diferente.
La última vez, por miedo o vergüenza a contarle a mis amigos el qué me ocurría decidí hacer todo por mi cuenta. Me cogí un taxi hasta el hospital y allí pasé por toda la operación yo solo. No pude evitar que me cayeran unas cuantas lágrimas al encontrarme tan solo y tan muerto de miedo. Por suerte la anestesia hizo efecto muy rápido y me dormí antes de que me llevaran a la sala de operaciones.

Esta vez ha sido todo diferente,y todo se lo debo a mi novio. Estuvo todo el tiempo allí cogiéndome la mano hasta que me llevaron hasta la sala de operaciones. Esta vez también hubo alguna que otra lágrima. Siempre se tiene algo de miedo, por simple que sea la operación. Sin embargo tenía a alguien para hacerme reír y hacer desaparecer esas lágrimas de mi rostro.
A pesar de que me tuvieron que pinchar dos veces para ponerme la vía -la doctora no debía de tener buen ojo, y no es que yo tenga malas venas- todo fue bastante bien.
Un poco drogado después de la cirugía debido a la anestesia, Ivan me llevó hasta casa y estuvo toda la tarde y noche conmigo, viendo películas y haciéndome la cena.

No se a quién dar gracias por esto, no se si a Dios o a quién. Pero estoy agradecido desde el alma de haber encontrado a alguien que se preocupa tanto por mi.

Gracias -mirando hacia el cielo-

2 comentarios:

Ro Fers dijo...

Já passei por momentos semelhantes ao fazer uma cirurgia, em que na época eu estava totalmente solitário...
Espero que esteja be

Jorge Ramiro dijo...

Lo que tiene de bueno cuando pasamos por pasar una cirugía es que podemos hacer reposo y descansar y todos estan pendientes de nosotros. Recuerdo una vez luego de pasar por un procesos quirúrgico me regalaron vuelos a orlando