El final del cuento termina por ser feliz. El sufriento ha tenido su pequeño fin y todo ha salido bien. Tiene que estar muchísimo mejor para próximos finales pero para este me conformo.
Las notas, tanto las del instituto como las de baile muy bien. Felicitaciones en cada esquina y gran orgullo personal. La actuación, por su parte puedo haber salido mil veces mejor pero todo el mundo sabe por qué estoy feliz.
La alegría de la gente, no la que está sentada en la butaca, sino la que hay entre cajas observandote y rezando para que yo, sí sí, yo, consiga realizar aquello que minutos antes de subirme al escenario me hizo llorar.
Estoy contento de eso. Muchas gracias a todo el mundo por su apoyo y, sobre todo, por su amistad. Os quiero muchísimo.
Dentro de tres días vida nueva, Madrid me espera y la academia de Victor Ullate también. Ansioso de bailar durante todo el verano.
Un beso a todo el mundo.