lunes, 29 de noviembre de 2010

domingo, 28 de noviembre de 2010

Millonario acción de gracias

Mi acción de gracias fue un acción de gracias bastante particular. Si no hubiera sido por mi amiga María, hubiera cenado solo.
Pero, para eso están los amigos.

Todo comienza cuando la mujer que le alquila el piso a María -super rica, por cierto- la invita a su cena de acción de gracias en su casa de Newton. María acepta y pregunta si puede llevar a un invitado. La respuesta fue un sí, y así me convertí en el invitado de María en la fiesta.
El jueves por la mañana, me desperté pronto. Me duche, desayuné y me arreglé para acudir a casa de María, dónde nos recogería esta mujer alrededor de las 12:00h. Al principio pensé que nos vendría a buscar en una limusina, pero vino, cómo no, en un Audi muy nuevo, muy moderno y sobre todo: muy caro.
La verdad es que la mujer era muy maja. Al menos se portaba muy bien conmigo.

El trayecto fueron unos quince minutos, ya que esta mujer pisaba el acelerador como quien pisa un insecto. Así que llegamos bastante rápido.
La casa por fuera tampoco es que fuese una maravilla. Era bonita, pero no parecía tan grande como me esperaba -yo iba con ilusiones de una gran mansión con sesenta habitaciones, etc... pero no.-
No obstante, esperad, que aún no habíamos entrado.
La mujer nos acompañó a la puerta y por fin, dimos el primer paso al interior de la casa. Nos encontrábamos en un precioso recibidor, dónde pudimos dejar nuestros abrigos y bolsos en un armario específicamente diseñado para eso. Una vez terminado, comenzamos a entrar en la casa.
Atravesamos un largo pasillo, pudiendo ver a la izquierda un enorme salón con siete grandes sofás y una enorme televisión, para dar paso a lo que más me impresionó de la casa: la cocina. Os juro que sólo la cocina era tan grande como toda mi casa. Sin palabras. Impresionante. Y además estaba preciosamente decorada. No se trataba de una cocina de estas modernas. Era moderna, pero tenía un toque rústico con mucho gusto, y si ya a eso le sumamos los cinco hornos, las múltiples neveras secretas en cada armario, más la gran mesa del centro de la cocina....

Lo siguiente que nos mostró en nuestro tour por la casa fue el salón original de la casa, ya que la habían ampliado y toda la parte de la cocina y el primer salón que habíamos visto era nuevo.
Este era aún más bonito, con un piano de cola y una gran chimenea en el centro. A la izquierda del salón una puerta doble, daba la entrada al salón comedor dónde más tarde cenaríamos con toda la familia, que también estaba conectado con la cocina.

Tras ello bajamos al piso de abajo, dónde nos enseña una sala con una mesa de ping-pong, otra sala completamente acolchada para que los niños jugasen con los videojuegos y ella no pudiera oír nada, un pequeño gimnasio, con su propio vestuario, sus duchas, su baño turco...
Seguíamos bajando y recuerdo que nos había dicho que tenía una piscina interior. Cuando nos dijo esto pensé en una piscina mas o menos pequeñita. Pues no. Una piscina olímpica en el interior de la casa con un enorme jacuzzi al lado.
Cuando más tarde pudimos meternos en la piscina y en el jacuzzi, pude darme cuenta de que aún era más impresionante: luces de colores en el interior de la piscina, altavoces en el interior para poder oír la música debajo del agua...

Toda la casa estaba controlada con un mando a distancia táctil, que controlaba la música de cada habitación, la luz y su intensidad, las puertas.... Alucinantemente alucinante.

La cena, por supuesto una maravilla: dos pavos, puré de patatas, cebollitas fritas, un montón de verduras que no tengo ni idea de lo que son, salsa, unas setas raras.... y un sin fin de cosas típicas de acción de gracias.
Fue una buena noche. Luego nos llevaron a casa, muy gentil por su parte.

Y ahora aceleramos el día a ayer por la mañana. Tuve ya mi segundo show del Cascanueces. El estreno salió genial el viernes y la actuación del sábado fue también perfecta. Cada vez se siente uno más seguro en el escenario.
Así que después del show, me decidí a cocinar el pavo que había comprado y que no había podido cocinar para acción de gracias.
Y así fue que pasé toda la tarde junto con Evan, haciendo el famoso pavo de 16 lbs. Era enorme. Pero la verdad es que nos salió genial. Hemos grabado un vídeo que proximamente editaremos con todos los momentos graciosos en la preparación de este famoso pavo.
Os pongo algunas fotos:


jueves, 25 de noviembre de 2010

Rata. Gracias. Pavo.

Los ensayos de Cascanueces ya han comenzado. Antes de ayer tuvimos nuestro primer ensayo en escenario, con los trajes, los decorados y por decirlo de alguna manera, "todo el personal".
El caso es que los trainées somos ratones (Mice). Nuestro traje es inmenso. -Inmensamente incómodo y pesado también-. Y ya no hablemos de la cabeza que tenemos que llevar.
En general, que se trata de una escena en la que hay demasiada gente en el escenario, demasiadas acciones diferentes y muy poca luz. Perfecto. Porque con el traje y la maldita cabeza no ves absolutamente nada.
Como comprenderéis el primer ensayo, dónde de repente te empiezan a gritar por las patas: "Move, move! Furniture is comming into the stage!". Y no sabes hacia dónde moverte porque nadie te había dicho que un gigante cheslong entraba en el escenario por el lado en el que tu tienes que estar bailando, fue un caos. No obstante fue divertido de lo caótico que pudo llegar a ser.

Pero no tenemos muchos más ensayos. Ayer tuvimos un nuevo pase, el cuál ya salió mucho mejor y el viernes es el estreno. Y yo soy primer cast. Y va a salir bien como que me llamo Alberto. Por muy pesado, incómodo y sin visibilidad que sea el traje. Ya me sacaré algunas fotos y las colgaré porque la verdad es que es bastante cómico. Están muy logrados.

Y hoy, día de fiesta en Estados Unidos. Acción de gracias -Thanksgiving-.
En un principio no tenía dónde pasarlo ya que mi compañero de piso ya había hecho planes por su cuenta. Pero una chica de Boston Ballet II, española, con la que me llevo muy bien me ha invitado a ir con ella a casa de la que le alquila el piso.
Y aquí comienza una nueva historia: Resulta que esta mujer es multimillonaria, así que iremos a su mansión -o lo que sea-. También da la casualidad de que esta mujer es muy amiga del director de la compañía ya que es una de las principales donantes de dinero al Boston Ballet, por tanto me conviene estar en esta cena.
Me estoy acordando de cuando la conocí el otro día en casa de mi amiga María. Venía a enseñarle el piso a una chica nueva, ya que una de las habitaciones aún está libre y necesita alquilarla. María, muy amable, me la presenta y le dice que voy a ir a la cena.
Ella se muestra encantada, y no se olvida de recordarnos que llevemos el bañador que tiene una piscina interior y un jacuzzi. UNA PISCINA INTERIOR! Mi sueño hecho realidad.
En unas horas nos vendrá a buscar en su limusina -esto de la limusina me lo estoy inventando, pero suena muy bien y soñar es gratis-. Mi primer acción de gracias, y va a ser un acción de gracias de lujo. ¿Qué más se puede pedir?

Se me olvidaba decir que he comprado un pavo. Aún no sé cuando lo voy a cocinar ni cómo. Ya sé que tendría que haberlo cocinado para hoy, pero creedme, ayer salí del ensayo a las 23:00h de la noche. Hoy estoy bastante cansado, pero no tengo clase y es acción de gracias, así que hay que ser positivo y estar feliz y fuera de todo cansancio.

sábado, 13 de noviembre de 2010

Una terrorífica noche

Lo cierto es que me fui a la cama bastante tarde. Estuve hablando por teléfono con Evan hasta la 01:00h de la mañana. Y para cuando colgué y decidí acostarme, las cosas ocurrieron deprisa. Estaba demasiado cansado.
Todo estaba ocurriendo como cualquier otra noche hasta que a las 03:00h de la mañana un ensordecedor pitido me despierta. Nada más despertarme me encontraba en uno de estos momentos en los que todo parece raro y no sabes muy bien lo que está pasando.
El caso es que el pitido era demasiado para poder soportarlo y seguir durmiendo, así que salí de mi habitación a investigar de dónde venía el pitido.
Al otro lado de la puerta el pitido era aún peor. Más alto y más agudo. No sabía qué hacer, así que entré en la habitación de Connor para preguntarle si él también estaba oyendo lo mismo o yo me estaba volviendo loco de remate. No estaba allí. ¿Qué iba a hacer yo ahora?
Volví a mi habitación, abrí la ventana y me asomé a ver si podía oír algo o ver algo. Todas las ventanas de mi edificio tenían las luces encendidas.... eso quería decir que todo el mundo se había despertado por el mismo pitido -¡uf! no estaba loco-.

Desesperado, decido abrir la puerta principal del apartamento y asomarme a ver que ocurre por los pasillos. Yo vivo en el bajo, y desde mi puerta se puede ver la entrada principal del edificio.
Nada más abrir la puerta, todo es un caos al otro lado. Lo primero que veo es gente corriendo y un olor a humo impresionante. Miro hacia la entrada principal y veo unas luces rojas. Claramente, los bomberos estaban aquí. El famoso pitido no era más que la alarma de incendios.
Misterio resuelto. En ese momento me sentí mucho más relajado, hasta que me cercioré de que ¡coño!, ya sabía de dónde venía el pitido pero ahora había algo más serio e importante entre manos -os digo que estaba medio adormilado, no estaba utilizando todo mi cerebro-.

No sabía que hacer así que cerrar la puerta de mi apartamento y correr a esconderme en mi habitación fue un acto reflejo.
Estuve allí unos cuantos minutos. Cada vez oía más pasos, más gente y más ruido. La verdad es que en este momento ya estaba bastante asustado, porque no tenía ni idea de qué hacer. Así que vuelvo hacia la puerta de mi apartamento y me dispongo a abrirla por segunda vez. Un bombero que pasaba por delante de mi puerta me grita qué qué hacía ahí parado, que evacuase como todo el mundo.
Así que descalzo, en pijama y con mi móvil en mano salgo a la calle.

Minutos después parece que el drama ya ha pasado y todos volvemos a nuestros respectivos apartamentos. Yo vuelvo a la cama, olvidándome de todo y dándole vueltas a que sólo me quedaban dos horas más de sueño hasta que me despertase para ir a danza. Ya me habían vuelto a fastidiar la noche.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

De lo malo a lo bueno

De lo malo siempre se puede obtener algo -no siempre, pero la gran mayoría de las veces-. El caso es que hoy, en teoría, debía haber tenido una cita con el nuevo Physical Therapy al que estoy yendo. Sin embargo la he tenido que cancelar en cinco segundos -cosa que no me ha gustado nada. Hubiera sido mejor cancelarla al menos con 24h de antelación- ya que el horario de ensayos para hoy y mañana lo han publicado hoy. Y resulta que tenía ensayo de 16:00h a 17:00h.
Lo cierto es que me molestó bastante que no me dejasen faltar al ensayo para ir al fisio, porque de verdad necesito estas citas, y tienen un horario muy ajustado así que no es posible posponerla para el mismo día. Necesito estas sesiones, porque necesito el tratamiento para poder curarme por completo de mi tobillo. Y empezar un tratamiento y no seguirlo como debe de seguirse es como no estar siguiendo ningún tratamiento, algo que me está comenzando a sacar de quicio. Ya que publican los horarios con muy poca antelación, que no puedes ni planificar tu horario. Porque podía haber puesto el ensayo más tarde.

El caso es que lo tuve que cancelar, así que no le voy a dar más vueltas. Sin embargo, aproveché para pedir cita con el fisioterapeuta del Boston Ballet, ya que los martes es el único día en el cual los trainees podemos acudir al fisio -lo sé, lo sé, es una estupidez, pero así son las cosas aquí-. Sabía que no me iba a servir de nada, ya que son sólo veinte minutos de sesión, así que aproveché para llamar a mi quiropractico y profesor Mr. Legate, para ver si me podía ver hoy. Y así fue. La verdad es que este hombre sabe muchísimo y me ha ayudado muchísimo también.

Después de la cita, me preguntó que si tenía algo que hacer alrededor de las 19:00h. Le dije que no, y me comentó si me apetecía atender a una charla que iba a dar en la misma clínica sobre colocación de la columna vertebral y la quiropractica en general.
Estuvo muy interesante, a pesar de que éramos pocas personas. Había comida, pero yo no tenía mucha hambre ya que entre la cita y la charla había ido a un Burger King a comprar algo -a veces uno no se puede resistir a la comida rápida-.

Al final de la charla hubo un pequeño sorteo de uno de estos especie de cojines que colocas en las sillas para mantener una buena posición de la espalda. Había que decir un número del 1 al 20, y yo acerté, mira tú que casualidad.
Así que ahora mismo estoy aquí sentado en una perfecta posición vertebral.

martes, 2 de noviembre de 2010

This is Halloween

Como todos sabemos, Halloween es una cosa de América. Se está empezando a celebrar cada vez más en España debido al gran influjo sobre nuestra cultura que tiene la gran potencia mundial que es Estados Undidos.
He vivido mi primer Halloween americano y he de decir que ha sido una pasada. Antes de nada, deciros que esto es Boston, es una ciudad y no hay niños que vayan por las casas pidiendo caramelos. Eso ocurre más en los vecindarios de casas, más afuera de la ciudad.

Empecemos por el principio. Mi Halloween iba a ser el sábado, ya que al tener clase el lunes nadie iba a salir un domingo por la noche -a no ser que estés loco-. En primer lugar tendría una cita a las 21:00h en un restaurante de comida china con un chico.
Estaba nerviosísimo, pero la verdad es que todo salió muy bien, a pesar de que fue uno de estos días en los que el restaurante es un caos: camareros cayéndose y tirando todos los platos, lámparas que se caen, recipientes para salsas que vuelan por los aires, y "pajitas" que aparecen misteriosamente en tu comida.
Tras ello, yo ya había dejado mi disfraz y todas mis cosas en casa de este chico, a dónde iríamos tras la cena para cambiarnos e ir a la fiesta de la hermastra de mi compañero de piso.

Yo iba vestido de Cupido. Unas alas blancas, un arco y una flecha con un corazoncito, pantalones blancos, y todo el cuerpo cubierto de spray plateado y brillantina, así como el pelo.
Y Evan, así se llama el chico iba a ir de diablo. Si os digo la verdad, no sabía de que se iba a disfrazar él, pero no pensé que nuestro disfraces iban a pegar tanto.
Pero, ¿para qué sirvió esto? Pues para que todo el mundo me dijese que era un ángel, y yo tuviese que explicar que en realidad era Cupido.

La fiesta estuvo bien. Un poco caótica y bueno, los americanos no saben hacer fiestas en condiciones si comparamos todas las fiestas a las que he ido -dos- con las fiestas españolas. Sin gota de comparación. Pero me lo pasé muy bien.
Luego se quedaron bastante gente a dormir a mi casa y al día siguiente Evan me invitó a ver Sweeney Todd en el Boston Conservatory.
Evan estudia teatro musical en el Boston Conservatory, de ahí que me llevará ahí. Ya se que no lo puedo contar todo, pero poco a poco.

Aquí os dejo algunas fotos:
Yo, de Cupido. :)

Evan y yo.

Evan y yo, de nuevo.