martes, 31 de marzo de 2009

Próxima estación, 5º.

Foto: Yo, calentando...
No sé cómo empezar esta entrada, pero tengo que idear una forma porque hay muchas cosas que contar. En estos momentos, me causa indiferencia la extensión que pueda llegar a tener o no la entrada pero es una entrada importante.

Dejemos recapitular a mi cerebro y que comience por el principio. Supongamos que todo comienza hoy por la mañana. Me levanto como cada mañana, pero ya no puedo ver el sol entrando por mi ventana y alegrándome el día debido al cambio de hora. Volvamos a atrás pues. Me levanto con frío y sin luz y... recapitulemos de nuevo. Me despierto, me destapo y hace frío. No me levanto pues hasta que suena el segundo despertador, que me indica que es relativamente tarde. Me entra el nervio y ya voy atragantado con cada paso que doy. Desayuno - más bien él me desayuna a mi- y me visto rápidamente porque hace frío, mucho frío. (Esta ola de frío me está matando).
Noto un pequeño achaque en la garganta. Muy mala uva me daba esa molestia... todas las veces que he estado enfermo he comenzado de la misma manera. No le quise dar mayor importancia y no me tomé nada, pero a lo largo de la mañana el dolor fue in crescendo.

Hoy tenía el último examen anterior a las vacaciones de Semana Santa -bueno, "vacaciones"-. Y hubiera sido un día cualquiera de examenes de no ser por que nuestra profesora de Lengua y Literatura nos ha regalado un ejemplar a cada uno de su nuevo libro Toda la verdad sobre el destierro del Cid. Además el libro está dedicado a nosotros; en la segunda página pone textualmente A mis jóvenes estresados de Embajadores (principal, 2º B). Después ya ha hecho una dedicatoria personal a cada uno. A mí, por ejemplo me ha escrito: "...por ejemplo Pepito Grillo, a quien espero ver en Broadway o en Viena (mejor aquí; me muero con los aviones transoceánicos)"
Ya me he leído el libro entero y me ha gustado muchísimo. Se trata de una colección de microrrelatos sobre temas diversos y generalmente de corte humorístico. Os recomiendo que si tenéis la oportunidad de compraroslo o leéroslo lo hagáis. Aquí os coloco el enlace dónde podéis adquirirlo:

http://www.cultivalibros.com/libro-verdad-destierro-cid.html

Después, por la tarde, como siempre mis clases de ballet. Todo iba normal, pero yo estaba nervioso porque tenía una pregunta importante que hacerle a mi profesora. Tenía que preguntarle si el viernes -este viernes- que no tengo clase ya en el instituto, podría acudir a la clase de 5º de por las mañanas -el nivel el altísimo y todos los alumnos son realmente impresionantes-. Ya se lo había preguntado otras veces, pero siempre me había contestado con un NO rotundo.
Esta vez fue diferente. Se mantuvo pensativa durante un buen rato mientras me miraba fijamente con sus ojos felinos no pestañeantes. Y esta vez la respuesta fue que SÍ.
Estoy eufórico y a la vez aterrado por miedo a quedar mal en una clase con gente tan tan buena...

Continuará...

domingo, 29 de marzo de 2009

Bailarín de la semana: Roberto Bolle

Inauguro sección semanal del blog. Ya sé que la mayoría no sois entendidos en danza y esas cosas, pero hago esta sección porque me apetece hacerla. Además así atraigo a otro tipo de público a mi blog que puede que le interesen estos temas. Ya sabéis, yo vivo por la danza, es normal que esté presente en mi blog.
La nueva sección se llama "Bailarín o Bailarina de la Semana". En ella se hablará del bailarín seleccionado: una breve biografía, fotos, videos... para culturizarnos un poco.

La semana que comienza llevará el nombre de Roberto Bolle.

Bolle nació en Casale Monferrato, en el seno de una familia humilde sin antecedentes artísticos (el padre trabajaba de mecánico y la madre era ama de casa). Con doce años entró en la Escuela de Danza del Teatro alla Scala de Milán. Allí, el coreógrafo Rudolf Nureyev lo escogió para que interpretara el papel de Tadzio en una coreografía del danés Flemming Flindt de Death in Venice de Benjamin Britten.

En 1996, tras bailar Romeo y Julieta, es nombrado primo ballerino del ballet de La Scala y se multiplican sus actuaciones. Ha trabajado con los mejores coreógrafos bailando las obras más importantes del repertorio clásico, como La bella durmiente o El lago de los cisnes de Tchaikowsky.

En el año 2000 inauguró la temporada del Covent Garden con El lago de los cisnes e intervino en el homenaje a Maya Plisetskaya por su 75º aniversario en el Teatro Bolshói de Moscú.

Actualmente es primer bailarín en la Scalla de Milán, y es uno de los bailarines más reconocidos mundialmente. Ha bailado en el 2006 en la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Invierno de Turín dónde bailó un "sollo" creado para él por Enzo Cosimi.

Ha recibido numerosos premios a lo largo de su carrera. El 1999 recibe el premio "Danza e Danza" al más prometedor alumno del ballet clásico italiano. En el 1999 recibe también el premio "Gino Tani" por su contribución a la difusión de los valores de la danza.






Aquí os coloco un video del ballet Sylvia que Roberto Bolle realiza con Darcey Busell. La variación es el sólo del segundo acto del ballet. Espero que os guste.

Autolimpieza porque le da la gana

Perdón por mi tardanza en escribir. Lo siento de veras pero qué queréis, no puedo hacer nada. A día de hoy me quedan dos examenes y ya estaré de vacaciones, así que por dos días de espera no creo que se muera nadie.
A esto debemos de sumarle la locura en la que estuve metido ayer. Antes de ayer el mouse comenzó a funcionar mal. No le di mucha importancia, pensé que estaba fallando el puerto USB, que a veces pasa. Me convencí de que lo solucionaría el sábado a las 16:00h cuando llegase de mi clase de baile. Y así fue, me dispongo a arreglarlo y de repente no me funciona ni el teclado, ni el mouse, ni la cam, ni cualquier cosa conectada a un puerto USB.

Yo poseo un disco externo que es donde guardo todos los datos importantes. Así que, viendo que los puertos USB de delante del ordenador sí funcionaban, conecté el disco externo ahí y conecté el ratón y el teclado a los puertos USB que posee el propio disco externo.
Todo parecía ir bien, al menos para poder buscar una solución. Sin embargo, a los pocos minutos me sale una ventana diciendome: El disco F:/???? se encuentra dañado. Ejecute el programa Chkdsk. De primeras no tenía ni idea de que significaba esto, supuse que sería un error, pero no. Busqué en internet qué era el Chkdsk y resulta que se trata de un programa de reparación de disco duro.
Sabiendo esto, ejecuté el programa en modo lectura para ver si había algún error. Efectivamente había, pero sin saber por qué no podía establecer el parámetro F:/ en la versión de sólo lectura, así que ordené al programa que al reiniciar me analizase el disco externo.
Todo parecía ir bien, lo analizó, corrigió los errores... y cuando ya me carga el Windows y conecto el disco externo, no me lo reconoce. Se han borrado todos mis datos. ¡Todos!
Como comprenderéis estoy atacado de los nervios, ya que ahí es dónde guardaba todas las cosas importantes. Había unos 168GB en documentos importantes...

Descargué el Hdd Regenerator para escanear todo el disco duro en busca de errores. Y así lo dejé toda la noche. Pero, a mal recuerdo mío, el programa iba lentísimo. Cuando me levanté, sólo había analizado 6500MB y yo necesitaba imprimir unos documentos si es que pensaba aprovar mi examen del martes.

Creo que os podéis hacer una imagen mía en estos momentos ¿no?.

sábado, 21 de marzo de 2009

Morel et Saint-Loup ou le combat des anges




Os coloco aquí uno de mis videos de ballet favoritos. Se trata de una parte de un ballet de Roland Petit, Proust ou les intermittences du cœur.
La escena es la batalla de dos ángeles, el "angel", Saint-Loup, interpretado por Mathieu Ganio y el "devil", Morel, interpretado por Stéphane Bullion. Ambos bailarines de la Ópera Nacional de Paris.
La escena relata el enamoramiento de Saint-Loup y Morel. El ballet está basado en la novela de Marcell Proust En busca del tiempo perdido.
La música es
la Elégie op.24 para violoncello y orquesta de Gabriel Faure.


Traducción al inglés............................................................
I leave you here one of my favourite ballet videos. It's a part of a Roland Petit's ballet called
Proust ou les intermittences du cœur.
The scene is the battle of two angels, the good-angel, Saint-Loup played by Mathieu Ganio and the devil-angel, Morel played by Stéphane Bullion. Both are dancers at the Ballet of the Opera National of Paris.
The scene tell us how Saint-Loup and Morel fell in love. The ballet is based in the famous novel by Marcell Proust In search of lost time.
The music is the Elégie op.24 for
violoncelle and orchestra.

viernes, 20 de marzo de 2009

Cultura sólo para mayores de edad

Foto: Biblioteca Nacional de España
El día de hoy lo llevábamos esperando tanto Aina -mi amiga- y yo desde hace muchísimos días. Llevábamos planeando este día desde hace unas semanas. Ya nos habíamos informado, documentado y ya teníamos la hora y lugar concretados. Iríamos a la Biblioteca Nacional y quedaríamos a las 10:00h delante de la entrada del Metro de Plaza de Castilla, en el Intercambiador.
Y así fue, a las 10:00h allí nos encontrábamos, dispuestos a coger la linea 10 hasta Alonso Martínez, y después cambiar a la línea 4 para llegar a Colón. En Colón saldríamos del mundo subterráneo y tan sólo tendríamos que cruzar la calle, subir las escaleras de la magnánima Biblioteca Nacional y empujar la puerta. Todo ocurrió tal y cómo habíamos previsto hasta que nos toca hablar con la recepcionista. Un diálogo extremadamente "besugueante", causa de mi poca imaginación momentánea.

- Hola, somos nuevos aquí y nos gustaría enterarnos de cómo hay que hacer para entrar y esas cosas.
- ¿Sois estudiantes?
- Sí, claro.
- Y...¿a qué venís?
- Pues a consultar unos libros -como estudiantes que somos, ¡manda cojones!-. Unos libros sobre danza, sobre ballet.
- ¿Qué edad tenéis?
- Pues...17.
- Lo siento, entonces no tenéis permitida la entrada.
- ...Ah....bueno...bueno...pues...nada entonces...
- Bueno tened en cuenta que sólo os queda un año (Se ríe estúpidamente).

No sé si a vosotros os parece normal, desde luego a mi ¡no!. Tanto que quieren que los jóvenes nos interesemos por la cultura, que leamos, etc... y la biblioteca más importante de España, dónde están todos los libros, nos tiene restringida la entrada. A ver, yo entiendo que no se permita la entrada por ejemplo a personas pues, menores de 15 o 14 años ya que la mentalidad a esas edades no es la recomendable para tratar con libros antiguos cuya conservación en buen estado es primordial, pero para gente de bachillerato...

Cómo no podíamos desperdiciar el precioso día que hacía, y la bonita mañana que nos quedaba por delante decidimos ir al Museo del Prado. Yo ya lo he visitado unas tres veces, pero reconozco que si pudiese volver mañana, volvería.
La entrada nos salió gratis por ser menores de edad -primera cosa que veo razonable en toda la mañana-. Estuvimos en el museo hasta, más o menos, las 13:30h. Comimos en un Burger King ya que los dos andábamos escasos de dinero y a continuación nos dirigimos a un mercadillo de libros antiguos. Me entraron ganas de comprarme unos cuantos, a pesar de los 34º C que "cascaban" en Madrid, pero no quería gastar dinero.

Y así fue mi mañana. Una mañana preciosa acompañado de Aina. Realmente genial. Nos hemos reído muchísimo, ya que a mi los retratos de todos los Borbones me provocan risa al instante de tenerlos frente a mi. Son extremadamente cómicos creo yo.

Después cogimos de nuevo el metro hasta Plaza de Castilla, nos despedimos y yo me fui corriendo hasta mi residencia para coger la bolsa de ballet, la cuál inteligentemente había preparado por la mañana. Corrí hasta el Intercambiador, de nuevo y cogí el bus hasta Víctor Ullate. Una clase fenómeno, por cierto.

Mañana madrugaré ya que también acudiré a algunas clases, ya que he hablado con la profesora que da clase los sábados y no le importa que me meta en sus clases. Cuanto más mejor ¿no?

miércoles, 18 de marzo de 2009

Enfado + enfado = clase de ballet horrorosa.



Hoy es uno de esos días en que, sin saber por qué, de repente estoy de mal humor, me encuentro cansado y puedo matar a alguien sólo con una mirada. Es uno de esos días en los que hablarme no es recomendable.

No sé cómo ha comenzado, normalmente me suelo dar cuenta. Me suele pasar algo malo en clase, algún examen mal, alguna mala noticia... pero hoy no ha sucedido nada de eso, es más he tenido mi examen de filosofía y estaba contento del trabajo realizado. El caso es que nada más llegar a Víctor se me calló el mundo encima.
Desde los pliés, ya estaba de un humor de perros, lo cual se transmitía en la mala colocación de mi cuerpo, así como en mi expresión de asesino compulsivo.
Para más inri, mi profesora estaba bastante enfadada. Si os digo la verdad, últimamente hay a ciertas profesoras a las cuales, la "gente de arriba" les está haciendo bastante la puñeta. Hagamos pues un pastel con todo ello: yo enfadado y de mala ostia, mi profesora enfadada de mala ostia, un compañero mío que no paraba de preguntarme que me pasaba... -odio que hagan eso-. Se puede ver que no fue nada bien la cosa ¿no?.

En fin, que cuando yo tengo el día así -que suelen ser escasos, pero existen- más vale incluso que no diera la clase. Todo me salía mal: si normalmente hago un developé a mucho más de 90º, hoy casi ni llegaba a los 90º, si normalmente mis pirouettes, suelen ser bastante limpias y aguantando los equilibrios finales, hoy parecía un "pato maerao".

De la semana, nada importante que decir. Espero descansar este puente e intentar prestaros un poco más de atención y escribir más. Lo prometo.

domingo, 15 de marzo de 2009

Cambios de estilo


Como podréis observar, he realizado algunos cambios en el blog. Los cambios aún no son definitivos ya que no me termina de convencer del todo, y hay una cosa que no se cómo modificar. No obstante, la imagen que véis del header -la cual he hecho yo esta tarde-, será la que preside este post.
Clicad en la imagen para verla a tamaño real.

miércoles, 11 de marzo de 2009

Resurrección

Resucito para deciros que he resucitado. No me confundáis con Jesucristo, porque os decepcionaría si así lo creyeseis.
Espero que me hayais echado de menos, y que no os hayáis frustrado al entrar en mi blog y ver durante cinco días seguidos la misma entrada. De verdad que lo siento. Supongo que siempre ando pidiendo disculpas, pero sabéis que tengo poco tiempo y que me encantaría poder pararlo y dedicar diez o veinte minutos que tardo en escribir cada entrada.

Pasando de preámbulos estúpidos y condolencias, me dispongo a relataros el día de ayer. Un día altamente esperado para mí.
El caso es que, desde hace unas semanas llevamos preparando una especie de mini-baile, ya que iba a venir la concejala a visitar las instalaciones y a ver una clase nuestra. Definitivamente, ayer fue el día.
De primeras ya estaba todo histérico, ya que a los chicos nos obligaban a llevar el uniforme. Un uniforme que yo nunca llevo al completo, ya que consta de una camiseta blanca que ha de comprarse en la propia escuela ya que trae escrito "Víctor Ullate", unas mallas negras, calcetines blancos y zapatillas blancas. Yo no acostumbro a usar calcetines cuando bailo, ya que me gusta sentir la zapatilla cuando hago los ejercicios, por tanto no tenía calcetines.
De esto nos avisaron el día antes, lo cuál consiguió que yo me volviera histérico, me enfadase con mi madre por teléfono -la verdad, necesitaba descargar con alguien- y no pensase bien qué hacer. No sabía cuando y dónde comprar unos calcetines hasta que buscando en internet esa misma noche, un angelito me salvó la vida. Había un Calcedonia justo enfrente de mi instituto. Así que en el recreo me acerqué y recé para que tuviesen lo que buscaba, y así fue -¡Uf!-.

Ya ayer, todo repeinado y vestido con el uniforme, me dispuse a entrar en clase para estirar -más o menos una hora antes de que empezase la clase-. La clase dio comienzo y yo me encontraba mejor que nunca, eso sí, en el primer ejercicio comenzaba a parecerme ya a una fuente. Tan bien quería hacerlo todo y tanto me esforzaba que comencé a sudar descontroladamente, hasta puntos en que tenía que quitarme el sudor de la frente para evitar que se me introdujese en los ojos.
Víctor Ullate, junto a la concejala, profesores y otros hombres y mujeres que no conocía, estaban delante. Los demás no me importaban, sólo me importaba lo que él dijese de mí. Me volví el más prepotente de la clase, intentando conseguir que su mirada se clavase en mí, y así fue.
A veces, miraba de reojo para constatar que era en mí en quién se fijaba. Yo estaba eufórico; las piernas me temblaban por dentro, mientras que por fuera, se mostraban sólidas y firmes en la realización de cada uno de los ejercicios; mi garganta, completamente seca; todo mi cuerpo en completa tensión interior y un relax exterior, que esperaba que no se malinterpretase como soñolencia.

Después de la clase y de la realización del baile, Víctor se dirigió a nosotros. La tensión se acumulaba en mi, a cada palabra que salía de su boca.
Nos felicitó y todos aplaudimos como agradecimiento. Cuando nos dio permiso para salir, yo comencé a sentirme algo más relajado. Me dio tiempo a mirarme en el espejo y comprobar que todos mis músculos se marcaban y se transparentaban en la camiseta, antes blanca y ahora practicamente transparente del uniforme.
Aún me quedaban dos horas de clase.

viernes, 6 de marzo de 2009

Hoy es tu día, querido amigo

Hace unos años, en un ataque "animalístico" y ya cansado de los pesados de mis periquitos, decidí comprarme una musaraña. Todo esto ocurrió sin el consentimiento de mi madre, la que finalmente terminó por aceptar al ratón en casa.

Todo comenzaba una tarde, después de la ya citada locura "animalística". Llamé a mi amiga Irene, y le conté, entusiasmado cuál era mi plan para hoy. Como siempre, dispuesta a acompañarme en mis locuras pasajeras, se vino conmigo al Centro Comercial, a la tienda de animales.
Busqué y busqué y busqué en la tienda entre todos los ratones habidos y por haber y por fin encontré el que más me gustaba: una musaraña. No salió caro a pesar de que había que comprar una jaula, comida, serrín y algunas cosas más.
Sin embargo, algo faltaba. En primer lugar faltaba el permiso de mi madre, a la que nada más comprármelo, llamé. Tuve que alejar el teléfono del oído de los gritos que pegó mi madre. Las palabras fueron claras: "Tú y el ratón no entráis en casa a la vez". Intenté convencerla, pero no lo conseguí, al menos hasta que llegué a casa.

Como decía, faltaban dos cosas. Y una era el permiso. Y la otra, como no, era un nombre para mi nuevo amigo. Irene y yo, durante el camino barajamos varias opciones, pero finalmente decidimos llamarle Olegario. Y así fue, Olegario, con el tiempo pasó a ser uno más de la familia.

Todo el mundo ansiaba conocer a Olegario: mis vecinos, mis amigos, familia. Mi madre incluso se atrevió a tocarlo alguna vez... Pero, ya me advirtieron en la tienda de su escasa duración.

Todos los días le cambiaba el serrín, el agua, y le ponía comida nueva. Jugaba con él y me tiraba largos ratos mirándolo. Era tan precioso, tan pequeño...
Duró un año y dos meses, aproximadamente... Una mañana, cómo todas, me levantaba dispuesto a cambiarle el serrín, colocarle agua limpia y comida. Olegario estaba en un rincón de la jaula, tumbado.
Durmiendo, pensé yo. Pero por más que moví la jaula, Olegario ni se inmutó. Me dispuse a cogerlo, pensando que se podría haber lastimado. Nada más tocarlo, tuve que soltarlo. Su piel, estaba fría como el hielo. No había nada de vida en esa jaula.

Llorando fui al salón, dónde se encontraba mi madre a darle la noticia. Recuerdo que también lloró.
El cariño que se le puede coger a una cosa tan insignificante, tan pequeña, tan desapercibido... mi Olegario nunca volverá, pero su recuerdo lo llevaré conmigo y todos los 6 de Marzo, su santo, lo recordaré.

Te quiero, amigo.

martes, 3 de marzo de 2009

Escribir por necesidad

Últimamente, como bien todos sabréis, estoy altamente estresado. Demasiadas cosas que hacer, demasiado que estudiar... y poco poco tiempo. Tan estresado me encuentro en este momento que mi ojo izquierdo tiembla él sólo cuando le apetece. La locura se apodera de mi y pienso que es mi cuerpo que intenta decirme algo. Nunca hago caso.

Camino por la calle, escucho música en mi MP4, o lo que sea. Es el único momento en que puedo relajarme un poco -a parte de cuando duermo, si es que lo consigo-. Camino y escucho. Sencillamente camino y sencillamente escucho. El ensordecedor ruido exterior de Plaza de Castilla es tan intenso que incluso aunque lleve el volumen al máximo, no consigo abstraerme del mundo. Pero yo sigo en mi empeño. Si Aristóteles conseguía abstraer la materia de las cosas, cómo no voy a conseguir yo lo mismo. ¡Válgame Dios!

Historia ha sido mi última parada. Biología es la próxima. Por desfortunio, no es la última.

Sólo dos semanas, sólo dos semanas... -pienso-. Dos semanas y ¡pum! me nacen las alas para volar a dónde quiera. Eso sí, dos intensas semanas, cargadas de cosas en ambos lados del día: mañana y tarde.
Tarde también incesante e intensiva de trabajo. Nuevos retos autopropuestos para conseguir grandes resultados. No me toméis por loco, pero he hecho una lista con todo lo que debo hacer para conseguir, primero caerle bien a María -mi profesora- y segundo para ser un buen bailarín.
Debería de centrarme en lo segundo, pero hay cosas que se relacionan, pero lo primero también lo encuentro de gran importancia si es que deseo que mi estancia en la escuela de Víctor Ullate sea productiva y apacible.

Os miento cuando os digo que se me ha caído el pelo por el estrés, porque me lo he cortado. Forma parte de esa lista de retos, concretamente de la primera. Un esfuerzo grande, considerando el tiempo que llevo queriendo dejar el pelo largo y tener mi tan ansiado flequillo. Antes volaba al viento, ahora... sólo vuelan mis bufandas o un fular atado al cuello.

Linda melodía de las flores que ya comienzan a florecer. Un florecimiento que no estoy disfrutando, pero os prometo. Chicos, os prometo que lo disfrutaré.